Los cambios sociales, demográficos y ambientales sumados
al potencial cambio y capacidad de adaptación de los microorganismos han
determinado la emergencia de ciertas enfermedades.
Los cambios climáticos, la intervención del hombre en
talas o desmontes, las modificaciones en la agricultura y urbanización y la
introducción de especies exóticas, podrían alterar la dinámica poblacional de
los roedores silvestres que actúan como reservorios, favoreciendo el aumento
del número de los mismos y como consecuencia, la emergencia de las infecciones
por hantavirus en humanos.
Definición
La enfermedad por Hantavirus es una zoonosis emergente
producida por virus ARN pertenecientes a la familia Bunyaviridae.
Los virus tienen una distribución mundial, y producen en
los seres humanos dos formas clínicas grave: la Fiebre Hemorrágica con síndrome
renal en Asia y Europa y el Síndrome Cardiopulmonar por Hantavirus en América.
En Argentina circulan dos especies de Virus Hanta (Andes
y Laguna Negra) y al menos 10 genotipos virales diferentes, 8 de ellos han sido
asociados al síndrome cardiopulmonar por hantavirus.
Formas
de transmisión
La enfermedad por Hantavirus es transmitida al ser humano
por roedores silvestres, reservorios naturales de la infección,que habitan
entornos rurales y sus madrigueras se hallan entre arbustos, árboles, grietas o
huecos que encuentren en troncos o debajo de ellos u otros objetos . Estos
roedores presentan una infección crónica asintomática con viremia persistente y
eliminan el virus a través de la orina, saliva y heces.
Los hantavirus se transmiten fundamentalmente por
inhalación de aerosoles cargados de partículas virales provenientes de las
heces, orina y saliva de roedores infectados. Generalmente ocurre cuando la
persona se introduce en el habitat de los roedores, para desarrollar
actividades laborales, receativas o bien ingresa a lugares cerrados como
galpones, cabañas o depósitos infestados por estos ratones.
Otras posibles vías de transmisión son a través del
contacto con excrementos o secreciones de ratones infectados con las mucosas
conjuntival, nasal o bucal, o por la mordedura del roedor infectado.
La infección dentro del domicilio puede ocurrir por
invasión de roedores silvestres en busca de alimento o refugio.
También existen evidencias epidemiológicas y virológicas
de transmisión persona a persona en relación al virus Andes en el sur de
Argentina, y por ello, las secreciones y otros fluidos humanos deben considerarse
potencialmente peligrosos en los casos de atención a pacientes con infección
por hantavirus.
Manifestaciones
clínicas
El síndrome cardiopulmonar por hantavirus puede
presentarse como un cuadro leve con un síndrome febril inespecífico o llegar
hasta la manifestación más grave con insuficiencia respiratoria grave y shock
cardiogénico.
Los primeros síntomas son similares a un estado gripal:
fiebre 38°C, dolores musculares, escalofríos, cefalea, náuseas, vómitos, dolor
abdominal, diarrea sin compromiso de vías aéreas superiores. Otros síntomas que
aparecen son mareos, artralgias, astenia, sudoración y dolor toraxico.
En los ninos la fiebre tiende a ser constante y elevada;
también el dolor abdominal puede sugerir un cuadro de abdomen agudo y las mialgias
se localizan principalmente en extremidades inferiores.
Se
pueden considerar las siguientes formas de presentación:
Forma febril indiferenciada.
Formas con compromiso abdominal, renal, hemorrágico o
neurológico.
Síndrome cardiopulmonar (SCPH)
Los analisis de Laboratorio y la Radiografia de Torax son
los primeros exámenes solicitados para realizar el diagnostico.
Se considera caso confirmado a todo caso sospechoso con
confirmación por laboratorio, que cumpla alguno de los siguientes criterios:
Detección de anticuerpos específicos IgM o seroconversión
de IgG por técnica de ELISA.
La IgM específica indica infección reciente; aparece
entre el primer y el tercer día después del inicio de síntomas y se puede
detectar durante los 30 días posteriores. Los anticuerpos IgG aparecen días o
semanas luego de los IgM, y permanecen por períodos prolongados. La ausencia de
anticuerpos de clase IgG podría ser indicadora de evolución desfavorable.
Detección del genoma viral por RT- PCR en suero/coágulo
y/u órganos, amplificación del genoma viral y secuenciación e identificion del
virus. Es posible obtener un resultado positivo hasta los 7-10 días de comienzo
de los síntomas.
Inmunohistoquímica en órganos de autopsia.
La identificación temprana de los casos permite mejorar
las posibilidades de sobrevida, a través de la aplicación oportuna de medidas
de apoyo. Por ello, la identificación de los casos debe ser realizada con
urgencia en la etapa inicial.
¿Qué
hacer si se confirma?
Informar al paciente, la familia y la comunidad sobre la
enfermedad, los reservorios, el modo de transmisión y los métodos de
prevención.
Vigilar la aparición de síntomas a los convivientes del
caso y expuestos al mismo riesgo.
Realizar una investigación de contacto y fuente de
infección, con el objetivo de detectar presencia de roedores en la vivienda,
peridomicilio y/o en lugares de trabajo para proceder al control de los mismos.
El hantavirus es una enfermedad de notificación
obligatoria (ENO) de la categoría TRANSMISIBLE, del grupo de las ZOONÓTICAS. La
modalidad de notificación por el Módulo SIVILA es INMEDIATA ante la recepción
de una muestra proveniente de un caso sospechoso.
Es importante que la notificación se realice con la
sospecha clínica ya que esto permite realizar las medidas de prevención y
control de manera oportuna tomando las medidas sanitarias apropiadas.
Tratamiento
El tratamiento de los pacientes con infección por
hantavirus es una URGENCIA y debe realizarse en establecimientos hospitalarios,
con acceso a Unidades de Cuidados Intensivos, que cuenten con asistencia
ventilatoria mecánica.
Internación temprana en la Unidad de Cuidados Intensivos.
Monitoreo cuidadoso de la oxigenación, del balance de
líquidos y la tensión arterial.
Evitar episodios de hipoxia con el uso de oxigenoterapia.
Apoyo ventilatorio para corregir la hipoxemia con
ventilación asistida temprana.
Vigilancia y corrección del estado hemodinámico con
reposición hídrica controlada.
Uso de agentes inotrópicos en forma temprana.
Medidas de bioseguridad.
Control de la fiebre y las mialgias con paracetamol NO
utilizando aspirina.
Medidas de prevención
Al no existir vacuna, la única forma de controlar la
enfermedad es prevenirla.
Para
la población
Evitar la convivencia con roedores y el contacto con sus
secreciones.
Evitar que los roedores entren o hagan nidos en las
viviendas.
Tapar orificios en puertas, paredes y cañerías.
Realizar la limpieza (pisos, paredes, puertas, mesas,
cajones y alacenas) con una parte de lavandina cada nueve de agua (dejar 30
minutos y luego enjuagar). Humedecer el piso antes de barrer para no levantar
polvo.
Realizar huertas y guardar leña a más de 30 metros de las
viviendas, cortar pastos y malezas hasta un radio de 30 metros alrededor del
domicilio.
Ventilar por lo menos 30 minutos antes de entrar a
lugares que hayan estado cerrados (viviendas, galpones). Cubrirse la boca y la
nariz con un pañuelo húmedo antes de ingresar o mascarilla respiratoria.
Tener especial cuidado en la puesta en marcha de
ventiladores y de aparatos de aire acondicionado cuyos filtros o conductos
puedan haber tenido contacto con polvo contaminado, roedores o excretas de
estos. De tener que realizarlos, cubrirse con una mascarilla.
Al acampar hacerlo lejos de maleza y basurales, no dormir
directamente sobre el suelo y consumir agua potable.
Si se encuentra un roedor vivo: usar veneno para roedores
o tramperas para capturarlo (no intentar tocarlo o golpearlo).
Si se encuentra un roedor muerto: rociarlo con lavandina
junto con todo lo que haya podido estar en contacto y esperar un mínimo de 30
minutos. Luego recogerlo usando guantes y enterrarlo a más de 30 cm de
profundidad o quemarlo.
Las personas que presenten síntomas de la enfermedad
deben concurrir rápidamente a un establecimiento de salud para la consulta y
evitar el contacto estrecho con otras personas.
RECORDAR
Se debe sospechar la infección por hantavirus en
cualquier persona que consulte por un cuadro de fiebre mayor de 38° C, sin
etiología definida, acompañado de alguno de los siguientes signos y síntomas: mialgias,
escalofríos, astenia, cefalea o dolor abdominal y que en las seis semanas
previas al inicio de los síntomas pudo estar expuesto al contacto con roedores
silvestres.
CONSULTE
CON URGENCIA AL MEDICO!!!
Dra. Delia Ostera
Dpto Científico - Dpto Neurociencias
IBC Instituto de Bioquímica Clínica
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