Oficina Municipal del Consumidor. Foto: Jorge Díaz - Cronista parlamentario |
Se trata de la empresa cuyo nombre de fantasía es Social
Card y que utiliza artimañas dirigidas a personas que cobran pensiones o
asignaciones sociales, a los que engañan para venderles un servicio a base de
contratos repletos de cláusulas abusivas.
La titular de la Oficina Municipal de Defensa al
Consumidor de la ciudad de Rosario, María Julia Bonifacio, advierte sobre
numerosas denuncias recibidas por vecinos que aseguran haber sido engaños por
la empresa Social Card. Según se manifiesta, la empresa aduce que presta una ayuda
social, creando confusión en el potencial cliente y estableciendo un sistema
fácil de contratar pero prácticamente imposible de lograr la baja del servicio.
Por lo general la metodología de cobro es a través de un sistema de adhesión a
un débito automático en las cuentas donde se perciben las pensiones sociales y
asignaciones. También se detectaron denuncias por estafas en las ciudades de
Salta y Mar del Plata.
La modalidad comercial se realiza en las zonas de
aquellos bancos donde se cobra este tipo de beneficio. Allí valiéndose de
diferentes acciones y manipulaciones terminan induciendo al consumidor a
contratar el servicio mediante pago por débito automático. En otros casos, se presentan personalmente en
la casa de los posibles clientes cobrando directamente las cuotas en efectivo.
“Vale destacar que todas estas personas
damnificadas se encuentran expuestas por sus condiciones sociales y son
avasallados en sus derechos individuales”, puntualizó Bonifacio.
La titular de la Oficina del Consumidor remarcó que se
trata de un contrato de adhesión redactado por la propia empresa donde se
advierten diversas cláusulas abusivas,
pasibles de ser declaradas nulas ya que colocan al consumidor en
situación de desprotección absoluta.
Analizando las condiciones, se ha detectado que una de
ellas le impide al cliente la facultad de rescindir el contrato durante seis
meses, caso contrario deberá abonar las seis cuotas, por tratarse de lo que
llaman: “un tiempo mínimo de vigencia”. “Esto provoca un desequilibrio significativo
de los derechos y obligaciones entre las partes, en claro perjuicio del
consumidor”, explicó Bonifacio.
Otra cláusula abusiva que desvirtúa los derechos del
consumidor es que establece la posibilidad de modificar las condiciones
contractuales, sin notificar ni
solicitar el consentimiento del cliente, y además se faculta a la empresa a
transferir la cartera de clientes a otra entidad. También se genera de forma
automática la prórroga del contrato, salvo que el usuario informe su voluntad
en contrario, para lo cual debe realizarlo con 60 días de anticipación y con la
única posibilidad de rescindirlo una vez transcurridos los seis meses
mencionados con anterioridad.
En definitiva nos encontramos con un contrato que
presenta un cúmulo de clausulas excesivas, que tiene como un único fin el de
provocar un desequilibrio significativo entre los derechos y obligaciones de
las partes, en perjuicio del consumidor.
“Por ello, desde la Oficina Municipal del Consumidor de
Rosario queremos alertar sobre esta práctica abusiva a los ciudadanos y alentar
a todos aquellos que se consideren damnificados por esta empresa, a que se
acerquen a nuestra entidad para hacer la denuncia correspondiente”, finalizó
Bonifacio.