Que a esos años no duda en calificarlos como los más hermosos de su vida (estos incluyeron encuentros con Julio Cortázar, Fidel Castro y el Jefe Médico del Ejercito Popular Vietnamita). Somoza ya había sido derrocado y la revolución sandinista (llamada así en me- moria de Augusto Cesar Calderón Sandino) estaba llevando a cabo su plan para reorganizar la Revolución que debía empezar de cero. “Uno llegaba al aeropuerto y lo recibían con un gracias hermano por venir a colaborar´, fue fantástico” recuerda.
Proyecto de la
concejala Celeste Lepratti
El Concejo Municipal declara“Ciudadana Distinguida” de la ciudad de Rosario a la Medica Epidemióloga María Felisa Lemos, por su coherencia política, gran compromiso social e importante trayectoria profesional, quien a través de su vida, viajes y militancia inclaudicable se muestra como un faro necesario para las generaciones futuras.
VISTO: La vida y obra de la
Docente y Médica Epidemióloga María Felisa Lemos, que reside en Rosario desde
1991. ; y
CONSIDERANDO: Que abarcar la vida
de María Felisa Lemos implica meterse de lleno en la historia latinoamericana
durante la segunda mitad del siglo XX.
Que
nació en Goya, Corrientes, en 1938, Felisa desvela sus orígenes como la fuente
de amor por su tierra. “Mi familia se instalo en Corrientes en el 1700, cuando
salían de Asunción a fundar ciudades. Eso me hace sentir profundamente
enraizada a estas tierras, a este continente”.
Que
en 1956, luego de recibirse como Maestra Normal, decide trasladarse a Buenos
Aires, albergándose en la casa de una tía, trabajando en lo que fuera para
mantenerse, situación que le permitió estudiar Medicina en la UBA, título que
consiguió en 1967.
Desde entonces gesto una costumbre que le acompaña siempre:
la de amar, trabajar, militar y estudiar simultáneamente
Que
en la década del 60 abrazó las ideas del movimiento obrero/estudiantil
argentino que luchaba contra la dictadura de Onganía, las del Mayo Francés,
enamorándose del movimiento feminista y siguiendo de cerca los primeros pasos
de la Revolución Cubana.
Que
de 1967 a
1970 se desempeño como Medica rural de los Esteros del Iberá en su Corrientes
natal. “Fue una experiencia muy rica, sobre todo por la gente. Al principio no
podían entender porque estaban acostumbrados a los médicos varones.
Que
apareciera una médica mujer les pareció de lo más extraño. A pesar de ello fui
muy bien recibida y aprendí tantas cosas del interior profundo, costumbres,
saberes y conocimientos que me enriquecieron como persona y médica”.
Que
becada por la provincia obtuvo la Maestría en Salud Publica en la UBA en 1970. A partir de allí
volvería a su región para desempeñarse como Directora de Planificación hasta
1973.“Toda mi época en la universidad, fue una época de militancia y de lucha.
Era un momento de mucho fervor, todo el estudiantado estaba movilizado por la
invasión a Santo Domingo, el Mayo Francés, y muchos otros episodios”.
Que
para 1976, con la llegada de la dictadura, Felisa debe pasar a la
clandestinidad.”Goya era un pueblo chico, en 2 minutos te localizaban. Así que
debíamos ir a las grandes ciudades. Yo me fui a Buenos Aires por toda mi
experiencia previa”.
Que
la desaparición de dos compañeras que vivían con ella, sumado a la persecución
a la que estaba expuesta y la detención de su compañero Enrique, la obligaron a
permanecer en la clandestinidad hasta que con la libertad de su compañero
pudieron exiliarse en Francia desde 1978.Ya en París, consigue revalidar su
título de Médica luego de rendir las equivalencias y pasa a trabajar en el
INSERM (Instituto Nacional de la Salud e Investigación Médica).
Que
en el exilio Felisa no deja ni un segundo su militancia y contempla la
posibilidad de ir como médica a Mozambique en el contexto de la descolonización
de varios países africanos. Sin embargo, en ese mismo tiempo, un movimiento
comienza a darse en Nicaragua en la lucha contra las dictaduras militares que
azotaban América Latina. Y es aquí cuando se da uno de los giros más importante
en la vida de la Dra. Lemos :
“En África yo siempre iba a ser blanca, en cambio en Latinoamérica vuelvo a mis
raíces con mi gente”. Felisa vive 12 años en Nicaragua, de 1979 a 1991, ejerciendo 2
años en la zona de guerra.
Que a esos años no duda en calificarlos como los más hermosos de su vida (estos incluyeron encuentros con Julio Cortázar, Fidel Castro y el Jefe Médico del Ejercito Popular Vietnamita). Somoza ya había sido derrocado y la revolución sandinista (llamada así en me- moria de Augusto Cesar Calderón Sandino) estaba llevando a cabo su plan para reorganizar la Revolución que debía empezar de cero. “Uno llegaba al aeropuerto y lo recibían con un gracias hermano por venir a colaborar´, fue fantástico” recuerda.
Que
para 1981 los Estados Unidos, por medio de la CIA , financiarían grupos antisandinistas
denominados “los contra”, poniendo al país en una guerra civil que se cobraría
miles de víctimas fatales. “Moverse en esa zona era muy peligroso; me
emboscaron tres veces y una de esas ocasiones mataron al compañero medico que
iba conmigo”.
Que
a pesar del duro conflicto que se vivía, Felisa estaba enamorada de Nicaragua,
sorprendida con todo lo que la hacía única, y decidida a no dejar nunca de lado
su trabajo y su lucha por los ideales de la revolución. “Las leyes por ejemplo,
se discutían de abajo para arriba, y no al revés. Discutirlas para mí fue una
experiencia inigualable”.
Que
tras 11 años de guerra, Nicaragua entra a elecciones. “Se voto como quien iba a
hacerlo con el revólver en la sien. Les habían prometido que si votaban en
contra de los sandinistas la guerra iba a acabar” recuerda. La guerra duraría
aun 6 años más.
Que
una vez que la revolución deja de estar en el poder María Felisa se ve
determinada a decidir cuál será su nuevo destino.
Para ese entonces ella ya
tenía dos hijos de nacionalidad nicaragüenses y seria este el factor que
marcaría su retorno a la Argentina. “Lo mejor era volver, quería que mis hijos
se criaran en Latinoamérica. Ya que no podían estar en su país, que estuviesen
en su continente”.
Ya
establecida en Rosario trabajó como Coordinadora de Atención Primaria de la Salud , recorriendo los
Centros de Salud de diferentes barrios, como: Monte de los Olivos, Flamarión,
Santa Lucia, Barrio Toba, Ludueña, Villa Banana, La Lagunita , entre otros.
Que
su rol fue capacitar los equipos de salud bajo un modelo de medicina distinto
al Modelo Médico Hegemónico que hasta ese entonces era predominante. La APS
estaba por hacerse, y su experiencia fue vital para la puesta en marcha.
Que
su trabajo en las comunidades fue de suma importancia para iniciar el proyecto
de Atención Primaria desde la Secretaria de Salud Pública de la ciudad; y luego
encargarse de otros trabajos de investigación y acción sobre el Chagas
connatal.
Paralelamente
forma parte del Equipo de Formación de Educadores Populares “Pañuelos en
Rebeldía” y participa de varias organizaciones por la lucha de los derechos
humanos junto al querido Monseñor Pagura y Oscar Lupori.
Que
en 2006 escribe un libro sobre su experiencia en Nicaragua junto a su amiga
Irma Antognazzi “Nicaragua el ojo del huracán revolucionario”, editado por
Nuestra América.
Que
en 2013 en colaboración con otros profesionales escriben el libro “Radiografía
de Ledesma. Salud y Derechos Humanos en Libertador General San Martín, Jujuy”.
Que
a pesar de su larga trayectoria María Felisa Lemos se niega a quedarse en el
pasado.
“Sigo
militando y trabajando hasta en día de hoy” asegura.
Es
por lo expuesto que esta Comisión eleva para su aprobación el siguiente
proyecto de:
DECRETO
Artículo 1°. Declárase “Ciudadana
Distinguida” de la ciudad de Rosario a la Medica Epidemióloga María Felisa
Lemos, por su coherencia política, gran compromiso social e importante
trayectoria profesional, quien a través de su vida, viajes y militancia
inclaudicable se muestra como un faro necesario para las generaciones futuras.
Art. 2°.- El Concejo Municipal
otorgará la presente distinción, como reconocimiento al homenajeado, en un acto
público que se llevará a cabo en fecha a designar.