“El casi seguro ascenso de categoría del país dentro del ranking internacional de mercados que se producirá a mediados de año, más la aprobación esta semana de la nueva ley que regirá al Mercado de Capitales, denominada oficialmente Ley de Financiamiento Productivo, abren una excelente oportunidad para que las empresas del sector pyme de nuestra región puedan mejorar significativamente tanto el acceso como el costo de su financiamiento”, explicó el economista Jorge Bertolino.
Además, la nueva ley apuntará a cambiar cómo y cuándo cobra una pequeña empresa le vende a una grande. Actualmente, emite una factura que no cobra hasta los 90-120 días después. La nueva Ley crea un canal de financiamiento mediante el cual se podrá descontar esta factura en el Mercado de Capitales con una tasa de interés relativamente baja. De esta manera el plazo podrá acortarse a 15 días de emitida la factura.
“Si en los próximos años, la economía argentina logra crecer sostenidamente, irá aumentando la importancia del Mercado de Capitales en la financiación empresaria. En los países más desarrollados la fuente principal de financiamiento de las empresas es el Mercado de Capitales.
En los países menos desarrollados, especialmente en América Latina, las empresas se financian principalmente en el sistema bancario. El desarrollo traerá una pérdida de importancia del financiamiento tradicional en beneficio del mercado de Capitales”, reflexionó Bertolino, especialista y asesor financiero.
Sin embargo, en la actualidad, existen excelentes instrumentos de financiamiento para las Pymes que, a pesar del extraordinario crecimiento que están teniendo en los últimos años, todavía no llegan sino a unas pocas empresas que se animan a investigar y usufructuar esta nueva alternativa.
Las restantes, principalmente por falta de educación financiera de sus propietarios o administradores, ignoran los beneficios de este financiamiento.
“Es importante promover la educación financiera de la población, ya que ésta generará un mayor volumen de negocios que incrementará la sustentabilidad y profundidad del mercado.
El aumento de la participación de inversores nacionales así generada, contribuirá a evitar que los patrimonios empresariales argentinos sean traspasados desmedidamente a inversores internacionales. El inversor autóctono, en la literatura económica, es más estable y permanente que el internacional. Mientras más argentinos inviertan en el Mercado de Capitales local, menos dependientes seremos de los más volátiles flujos internacionales de capital”, apuntó Bertolino.
En esa misma sintonía, el economista agregó: “Es prioritario pasar de un Mercado de unos pocos a uno popular. De un Mercado especulativo a otro que financie el crecimiento de la producción y el empleo. Es tarea de los gobiernos provinciales y locales y de su Banca Pública contribuir a que los beneficios del crecimiento se distribuyan lo más equitativamente posible entre el mayor número de personas.
Para ello, deben participar activamente en la promoción del Mercado de Capitales. A pesar del cambio de los tiempos, la banca pública como instrumento de desarrollo no ha dicho aún su última palabra”.
Por último, reflexionó: “La Argentina necesita una Banca Pública que sea un aliado y socio estratégico de las empresas, con una mirada de largo plazo y enfocado en proveer los mejores y más modernos instrumentos financieros que contribuyan a maximizar la producción, el empleo y los salarios”.