Soldado Conscripto Oscar Ismael Poltronieri

Con 18 años y siendo analfabeto, por sus acciones de combate durante la batalla del Cerro Dos Hermanas, en la guerra de Malvinas.

Soldado Conscripto Oscar Ismael Poltronieri

El Soldado Conscripto Oscar Ismael Poltronieri, quien era operador de una ametralladora, desoyendo la orden de retirada y quedándose combatiendo el solo, permitió el repliegue de todos sus compañeros, ( mas de 100 soldados , incluido sus superiores ) a zonas seguras y disparando al enemigo con su única boca de fuego, impidió avanzar a todo el dispositivo ofensivo británico durante más de 10 horas.
Recibe la medalla, “La Cruz de la Nación Argentina al Heroico Valor en Combate” y es el único soldado conscripto "vivo" desde el siglo XIX hasta ahora en recibir la máxima condecoración que da nuestra Nación.
Luego de la guerra intento suicidarse, vendió baratijas en los colectivos y trabajó de remisero. Pero lo mas importante fué que soldados y oficiales veteranos Ingleses lo buscaron para expresar su admiración por el y fué condecorado en Inglaterra con "La Cruz de Hierro al Valor".
En los colegios de nuestro país los alumnos "no" lo conocen, "no" saben quien es.

Oscar Ismael Poltronieri (nacido el 2 de febrero de 1962 en Mercedes, Provincia de Buenos Aires, Argentina) es uno de los soldados que combatió en la Guerra de las Malvinas y es el único soldado conscripto vivo en recibir la máxima condecoración militar Argentina, la Cruz La Nación Argentina al Heroico Valor en Combate (según la Ley 22.607 de 1982), por su hazaña y heroísmo durante la Batalla del Cerro de Dos Hermanas. El otro soldado conscripto recipiente de esta máxima condecoración pertenecía a la Infantería de Marina (BIM 5), CC62 Félix Ernesto Aguirre, muerto en combate. Poltronieri en cambio, pertenecía al «Regimiento de Infantería Mecanizado número 6» del Ejército Argentino, también en calidad de CC62.

Es hijo de Ismael Abel Poltronieri y María Esther Luciani, es el primogénito de 5 hermanos. Eran gente "de a caballo" como se denomina en el campo al verdadero paisano; su padre trabajaba como puestero en la Estancia "Santa Catalina" de Mercedes (provincia de Buenos Aires) y María Esther colaboraba con la familia realizando los quehaceres del hogar, trabajando en la chacra y cuidando las gallinas mientras su marido salía a recorrer el campo. Siguió haciéndolo hasta que el estado de su embarazo la obligó a trasladarse hasta el Hospital de la ciudad.

En la estancia Santa Catalina transcurrieron los primeros 10 años de su vida; allí se crio como un paisano; aprendió de ellos a montar los caballos en pelo, diferenciar sus pelajes, hacerlos galopar como el viento o a caracolear cuando llegaba a la Escuela y se acercaba al palenque.

Sus padres se separaron y se trasladó con su madre a la ciudad de Mercedes, estableciéndose en las cercanías del cementerio, en un barrio de casas humildes y de gente trabajadora, conocido entonces como "La Pampa Chica". En el nuevo hogar debió transformarse en el hombre de la casa y tuvo que abandonar sus estudios primarios para colaborar con la economía familiar. Muchos mercedinos ignoran aún hoy que un héroe de la guerra de las Malvinas lustró zapatos por unas monedas, en la plaza de la ciudad cuando pasaban rumbo a la Municipalidad, la Catedral o el Juzgado Federal.

Tuvo cinco hermanos más de apellido Cisneros, fruto de un segundo matrimonio de su madre. Por ese entonces vio la necesidad de independizarse. Así fue que decidió partir tras su independencia y de un futuro mejor para ofrecer a su madre y hermanos. La ciudad de Roque Pérez fue su destino y lo regresó al cielo abierto de nuestras pampas.

A los trece años se puso en la cosecha del maíz, lo ayudaron a desarrollar la fuerza de sus brazos. Tiempo más tarde, se consiguió trabajo, cuidar y montar caballos de polo en la Estancia "La Virga".

Luego sintió nuevamente la necesidad de salir de su cauce y partió en busca de mejor fortuna que acrecentara sus ingresos. La añosa arboleda de eucaliptos de "La Biznaga" lo vio partir para continuar su vida de gaucho en la Estancia "La Peregrina". Allí conoció a un niño flaco y vivaz que con solo 7 años, se levantaba a "a escondidas" a las 4 de la mañana y observaba como los paisanos ensillaban sus caballos para salir al campo o para varear a los de raza. Como tenía buena escuela pese a su edad, se abocó a la tarea de enseñarle a montar y a ensillar, le enseñó que el caballo "infla" la panza cuando lo cinchan -para después aflojarla y hacer caer a su jinete- y le enseñó también a montar al estilo paisano llevando las riendas en una mano para trabajar con el talero en la otra.

Las familias Pascual y Castellani, en Roque Pérez necesitaban hombres fuertes para la faena del campo y tuvieron también el honor de contarlo entre los suyos.

Para que mencionar que siendo jornalero, la vida exige buscar mejores pagas, además el trabajo del campo es por estaciones (a veces sobra y a veces escasea); yerra, siembra, cosecha, marca o esquila son por períodos cortos y las Estancias contratan a éste personal solo de manera temporaria. Al igual que otros paisanos, sentía la necesidad de obtener algo mejor y permanente, alguien "le había comentado que la pesca pagaba bien" por lo que previo pasar a saludar a su madre, tomó un ómnibus y recaló en Mar del Plata. Al descender en Mar del Plata del colectivo sintió el fuerte olor del pescado; conoció por vez primera el océano, que le recordó a los sembrados de trigo en las pampas. Se sentía cansado y necesitaba una cama, a poco de caminar encontró una pensión y se fue a dormir. Al día siguiente buscaría trabajo.

La fábrica "San Cayetano" había publicado un aviso. Todos los días descargaban montañas de peces plateados en el muelle de pescadores y necesitaban personal en las cámaras frigoríficas. Así, su cuerpo se fortaleció aún más acostumbrándose al frío de las congeladoras. Pasó un buen tiempo en Mar del Plata, cuidaba su dinero y los fines de semana, con otros jóvenes de su edad, iba a los bailes. No era su hábito la danza pero si era observador y gustaba disfrutar de la música y, por supuesto, de la compañía de alguna joven atractiva.

Siendo todavía un recluta en fase de adiestramiento del Servicio Militar Obligatorio, combatió en la guerra de las Malvinas, donde su destacado accionar y sus actos de entrega y desinteresado heroísmo le valieron ser uno de los dos únicos soldados conscriptos argentinos (el otro fue Félix Ernesto Aguirre del BIM5, muerto en combate), en recibir el reconocimiento de la Cruz al Heroico Valor en Combate.

Por sus acciones de combate durante la batalla del cerro Dos Hermanas, en donde era operador de una ametralladora, desoyendo la orden de retirada y quedándose combatiendo el solo, permitiendo el repliegue de todos sus compañeros a zonas seguras y aferrando al enemigo con su única boca de fuego, impidiéndole avanzar a todo el dispositivo ofensivo británico.1​

Poltronieri estuvo en combate en la Batalla del monte Dos Hermanas (Two Sisters) donde él solo cubrió la retirada del pelotón del subteniente Aldo Eugenio Franco con su ametralladora FN MAG luego de que los hombres de Franco habían cubierto el retroceso de los defensores del Dos Hermanas Norte. Voluntariamente, Oscar Poltronieri, se ofreció a quedarse a cubrir la retirada de sus camaradas negándose a las insistencias de ellos en retirarse con él.

Durante la Batalla de Monte Tumbledown Poltronieri guió al pelotón de ingenieros anfibios del teniente de corbeta Héctor Omar Miño en un contraataque contra los elementos avanzados de la Guardia Escocesa:

Allí hice 'repeche' y me encontré con un teniente de Infantería de Marina con el que hicimos el avance; yo iba adelante y atrás venían un montón de compañeros, cuando escuché una voz que no era de las nuestras. Entonces le dije al oficial que adelante nuestro estaban los ingleses tirando tiros y tomando whisky, y éste les arrojó una granada; ellos respondieron con fuego hacia nosotros y le dieron a él. Desde entonces, hace 30 años, no lo ví más; pero me dijeron que está vivo".2​

Supuesto muerto en acción por su unidad, fue recibido con total sorpresa y algarabía cuando sus oficiales, suboficiales y soldados lo vieron regresar, dos días después, de lo que presumían era una muerte segura.
Fuente: Wikipedia

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