Nota de opinión
Para el diputado provincial Jorge Henn “la corrupción K y
los negocios de los funcionarios de Macri se están llevando puesta a la
Refinería de San Lorenzo, a la Provincia y a los trabajadores. Quieren que
Santa Fe pierda su condición de Sede Industrial Petroquímica y hacernos
retroceder en nuestras aspiraciones de crecimiento industrial” sentenció el ex
vicegobernador.
Aquí su comunicado:
Desde finales de febrero, un grupo de diputados de la
Provincia, venimos siguiendo con enorme preocupación, la cesación de
actividades de la Refinería de San Lorenzo por falta de materia prima. La
empresa, que estuvo en manos del empresario Cristóbal López hasta hace pocas
semanas, entró en una nebulosa jurídica que puede determinar su cierre definitivo
o su entrega a alguna empresa multinacional con intereses ligados al actual
Ministro de Energía de la Nación.
Tras haber manifestado nuestra preocupación en el recinto
de la Cámara de Diputados de la provincia, la misma no sólo se centra en el incierto
destino de los 400 trabajadores de la refinería de San Lorenzo, sino en un conjunto de especulaciones que
rondan al problema, entre los que se encuentran, además, los riesgos
ambientales de un eventual abandono, los efectos económicos en cascada que
puede ocasionar su cierre, y especialmente, el impacto estratégico para la
provincia de Santa Fe, en el caso de que resulte finalmente excluida de la
actividad industrial petrolera.
La Refinería de San Lorenzo perteneció a la YPF estatal
hasta la década del 90. Había nacido como parte sustancial de un plan de
desarrollo estratégica del Estado creado por el General Enrique Mosconi, que
incluía plantas en Mendoza, La Plata, Ensenada y en San Lorenzo. Ese Plan, que
le imponía límites a los monopolios internacionales y defendía a la actividad
petrolera como estratégica para el desarrollo del país, comenzó a derrumbarse
definitivamente con la llegada de Carlos Menem al poder.
Tras la infame privatización de la Empresa, la refinería
quedó en manos de Petrobras, que además de implementar un ajuste brutal sobre
los trabajadores, cerró el predio polideportivo que contenía y beneficiaba a
todos los trabajadores. Durante el Kirchnerismo, y en el marco del festival de
distribución de los recursos que se hizo entre empresarios amigos, la Planta
llegó a manos del empresario Cristóbal López.
Actualmente, la empresa Oil Combustibles se encuentra en
una disputa judicial, con un embargo de la AFIP por 900 millones de pesos. Su
deuda alcanzaría los 8.000 millones en concepto de retención indebida del
Impuesto a la Transferencia de los Combustibles.
A fines de octubre la planta de San Lorenzo fue adquirida
por OP Investments, con planes para recapitalizar la firma. El secretario legal
del Sindicato Unido Petroleros e Hidrocarburíferos Héctor Brizuela informó que
“en el Juzgado Comercial Nacional Nº 4, donde se tramita el concurso de
acreedores de Oil, nos presentaron un plan de reconducción empresaria propuesto
por OP Investments, que es el grupo que adquirió el “Grupo Indalo”. Afip ya
anticipó que no va a consentir el plan de salvataje.
La primera sospecha, fuertemente fundada en los recientes
antecedentes de la propia gestión nacional, es tan obvia que termina siendo
casi insultante: la Refinería es un negocio servido en bandeja para los
empresarios que incluso integran el Gabinete Nacional, y que siguen siendo
propietarios de acciones en la empresa Shell. La planta es la tercera
productora de asfalto del país, y es curiosamente la multinacional Shell una de
sus principales competidoras… ¿no es muy grosero?
Fue el propio Ministro y accionista de Shell, quien le
manifestó a los dirigentes Sindicales que no debían preocuparse por el cierre
de la Planta de San Lorenzo, “ya que en el 2021 se van a abrir cuatro
destilerías nuevas en el país” ¿Quiénes?.
En el escenario apareció otro “grupo empresario” vinculado
estrechamente al gobierno del Presidente Macri en general, y en particular al
cuestionado ministro y empresario Off-Shore, Luis Caputo: El Grupo El Ceibo SA.
Desde el Gobierno Nacional dan “por cerrada” a la
Destilería y en consecuencia, podemos entender que la actual situación de
desabastecimiento de materia prima, no es otra cosa que el primer paso hacia el
cierre y el despido de sus 400 trabajadores. Que además, impactará severamente
en otros 2500 que trabajan de manera indirecta con la empresa y otros 200
camioneros que se van a quedar sin su fuente laboral.
Pero no sólo se trata de eso, que de por sí es una
situación de extrema gravedad, sino que además se constituye en una acción de
grave impacto sobre la economía santafesina: el cierre de la Refinería implica
para Santa Fe, perder su condición de Sede Industrial Petroquímica, que no es
otra cosa que retroceder en nuestras aspiraciones de crecimiento industrial y
volver a poner a la Provincia, en un esquema de mera proveedora de materia prima
agrícola.
Además, como ya se ha informado con precisión, el actual
abandono de la Planta puede ocasionar daños ambientales muy graves. El cierre
implicaría la detención de las bombas instaladas para extraer el combustible
que se filtra en las napas. Si esas bombas dejaran de funcionar, si esas bombas
dejaran de recibir mantenimiento constante, las consecuencias sobre las napas
de la zona podrían ser desastrosas. En este sentido, la Ley Ambiental de la
provincia establece claramente la prohibición del abandono de una actividad,
sin resolver los pasivos ambientales. A los fantasmales nuevos dueños de la
empresa, es un tema que parece no importarles.
Santa Fe no puede permitir que se concrete esta maniobra
y todos sus dirigentes, debemos ponernos en pie frente al intento.
Que las experiencias devastadoras de los 90, que el
desguace fenomenal del negocio fácil del empresariado amigo del Kirchnerismo,
no sirvan como argumentos para que nos despojen de nuestra condición de
Provincia con actividades industriales únicas, como la que presta la Refinería,
en un contexto de nuevos negocios particulares del gobierno de Mauricio Macri.
Es fundamental que acompañemos el reclamo de los
trabajadores, pero esencialmente que informemos a toda la población santafesina
sobre los efectos que las medidas del gobierno nacional pueden derivar en un
futuro cercano.
Lo que está en juego es industria, es trabajo, es
desarrollo, es estratégico para los intereses de todos los habitantes de la
PROVINCIA. Que nuestra indolencia del pasado, que permitieron las
privatizaciones del Banco de Santa Fe, el cierre de empresas emblemáticas- como
la FIAT- no se repita.
Si todos reaccionamos, al menos los que entendemos que
los intereses de nuestra provincia, están por encima de los del Presidente
Macri y las empresas de sus amigos, podemos impedirlo. Estamos a tiempo, pero
no nos sobra. Hay una empresa petrolera estatal y debe ser a través de ella y
no de empresarios codiciosos e insensibles, desde donde provenga una solución.
Es imperioso, que junto al Gobernador Miguel Lifschitz,
reclamemos a la reestatizada YPF, que se haga cargo de la continuidad de la
destilería, por el activo en juego y porque esta, como las siete destilerias
restantes que tiene el país, constituyen eslabones fundamentales de una tarea
estratégica y soberana sobre la industrialización de nuestra riqueza
subterranea.
Que sea YPF, en el nombre de los ideales de Mosconi, la
que demuestre claramente, que la Empresa no es solamente un negocio. SINO UN
VALOR REAL, sobre los que se apoyan los sueños de miles de santafesinos, y los
intereses estratégicos de nuestra provincia y nuestro país.
Jorge Henn
Diputado Provincial
UCR – FPCYC