Se realizó un
operativo en campos de Fortín Olmos, del que participaron 80 efectivos.
Un
total de 80 efectivos policiales de la provincia realizaron un nuevo operativo
de rastrillaje en campos de la localidad de Fortín Olmos (departamento Vera) en
busca de rastros y elementos que permitan dar con la joven Rosalía Jara,
desparecida desde el 1 de julio de 2017.
La
subjefa de la Policía de Investigaciones (PDI), directora general de Policía
Mónica Viviani, explicó que “con directivas expresas del fiscal interviniente
en la causa realizamos un rastrillaje en los campos aledaños al lugar donde se
vio por última vez a la joven, con personal de Trata de Personas, de
Narcocriminalidad y de Investigaciones propiamente, Los Pumas, Bomberos
Zapadores de Santa Fe y Rosario con canes, y 107”.
Viviani
señaló que se trató de “un amplio rastrillaje en toda la zona” y que, si bien
se recorrerán nuevamente áreas que ya habían sido revisadas anteriormente por
los efectivos policiales, “ahora se puede llegar al interior del campo y está
más accesible que cuando se realizaron los primeros operativos, con la
presencia de agua. A pesar de que el territorio es bastante agreste, se llevan
adelante rastrillajes en toda la zona”, destacó.
La
subjefa señaló que “también trabajamos en forma coordinada con la subsecretaría
de Derechos Humanos de la provincia” y subrayó la importancia de que "la
ciudadanía de Fortín Olmos que tenga algún tipo de información la aporte a la
PDI", al teléfono 0800 555 3348.
Cabe
recordar que por el caso se encuentra detenido Juan Váldez, quien fuera
arrestado por la PDI semanas después de la desaparición de Rosalía Jara. Las
acciones se llevan adelante bajo directivas del Ministerio Público de la
Acusación (MPA), a través del fiscal regional Rubén Martínez y el fiscal
Gustavo Latorre.
LA
ZONA DE BÚSQUEDA
Los
campos donde se buscan rastros de Rosalía Jara estuvieron los últimos meses
bajo agua, por lo que se imposibilitaba el acceso. Se trata de unos 55
kilómetros cuadrados de terreno irregular utilizado para el pastaje de
animales, donde las temperaturas no bajan de los 37 grados.
Actualmente, la ausencia
de agua permite que los canes detectores puedan percibir mejor los rastros.