El 1 de septiembre próximo se cumple un año de la
declaración de la emergencia en materia de Seguridad en la ciudad de Rosario,
un proyecto que llevó adelante el Concejal Diego Giuliano y que se aprobó luego
de la 2 marchas multitudinarias en las que Rosario se manifestó en las calles
reclamando la intervención del Estado.
“Lo cierto es que las
marchas de Rosario Sangra fueron lo más importante que sucedió en la ciudad
durante 2016. La
pregunta que nos hacemos -dice Giuliano- es si Rosario dejó de sangrar o si sólo se
disminuyó el caudal de violencia al que estábamos sometidos”.
“Los rosarinos pasamos por
5 años de indiferencia oficial en materia de seguridad, años en los que
nos convertimos en una de las ciudades más violentas de la argentina,
duplicando la media nacional en nivel de homicidios, años en los que más de
1060 familias lloraron a sus seres queridos y en los que la narcocriminalidad
dominó barrios y violentó a la ciudad”.
Para Giuliano, “fue positivo que la gestión Fein haya interpretado que los problemas
de seguridad de los rosarinos también le pertenecen aunque tanto se
tardara en hacerlo”.
La Emergencia en Seguridad fue dispuesta por la Ordenanza Nº9609 del 1 de
septiembre de 2016 y produjo algo inédito: el Concejo Municipal
le otorgó a la Intendenta Fein la posibilidad de destinar partidas
presupuestarias a la prevención del delito y la facultad de valerse de
procedimientos abreviados para realizar compras destinadas con ese motivo:
contratación directa y/o concurso de precios, según su urgencia.
En este tiempo se adjudicaron dos ambulancias para el
SIES, se incorporaron mas de 8000 luminarias en 12 barrios, se compraron 64
vehículos para el control de las calles, alarmas comunitarias, botones de
pánico y se incorporó videovigilancia a unidades del transporte público de
pasajeros.
Para Giuliano, “El camino sigue siendo insuficiente, falta mucho más”.
“La Emergencia en Seguridad posibilitó
que se aprobaran 28 proyectos de concejales de todos los partidos con
propuestas sociales, materiales y preventivas para disminuir la violencia en la
ciudad. Algunos están en proceso de realización, otros fueron puestos en
práctica y más de la mitad falta concretarse, como es el nunca realizado
reforzamiento de la seguridad de las paradas de colectivos, completar
el sistema de videovigilancia en lugares de fuerte vulnerabilidad y la mayor
presencia de fuerzas federales”, indicó el edil.
“Falta concretar la
instalación de 200 alarmas comunitarias, la instalación de cámaras de
videovigilancia en barrios de la ciudad y una tarea más activa de parte de la
Dirección de Asistencia y Empoderamiento a Víctimas”.
“Hoy, en Rosario, los
problemas de seguridad no cedieron. Continúan las muertes por luchas
entre bandas disputando territorio para la venta de drogas, fugas masivas de
presos, la emboscada al convoy del servicio penitenciario que llevaba a tres de
los detenidos más peligrosos. La ciudad sigue siendo un negocio de venta
mayorista de droga y la impunidad es tal que los narcos cierran campañas con
videos desde la cárcel”.
“Rosario sigue
en Emergencia en Seguridad y no deja de sangrar”, concluyó Giuliano.