El caso de un taxista que ante
una denuncia de un pasajero que notó un comportamiento extraño en el conductor,
al bajar del vehículo llamó al 147.
Ante la respuesta del denunciante,
el personal de tránsito buscó al vehículo y se lo interceptó en Montevideo al
3800. Allí se lo sometió a la práctica de control de alcoholemia el cual dio
negativo y posteriormente el de narcolemia que dio positivo tanto en marihuana
como en cocaína.
Ante el resultado, se remitió el
vehículo al corralón y se procedió a incautar las chapas para que la Secretaría
de Transporte y Movilidad lleve adelante el proceso de evaluación y juzgamiento
de esta circunstancia.
El titular de la Secretaría de Control y Convivencia Ciudadana, Gustavo Zignago señaló que “estas acciones no persiguen el consumo. Lo que persigue es la
conducción peligrosa bajo los efectos de estas sustancias. Y que en función de
la cantidad de controles que se hacen y de los resultados que tenemos a la
vista todavía podemos decir, sin equivocarnos, que son muchos más los casos
positivos de alcoholemia”.