Una fiesta privada que se estaba desarrollando en Suipacha al 300 tuvo
que ser desalojada por la Secretaría de Control y Convivencia Ciudadana tras
constatarse una denuncia por ruidos molestos que los vecinos habían efectuado.
Además, dieron cuenta de un comportamiento indebido por parte de los
concurrentes en el espacio público, donde vociferaban y orinaban rompiendo por
completo la tranquilidad del barrio.
La denuncia ingresó en la tarde del sábado 28 de enero en la base de la
Guardia Urbana Municipal, que se dirigió al domicilio verificando los hechos
informados la misma. Se requirió la presencia de personal policial de la
Seccional 7º para proceder con el desalojo sin problemas.
Por la disposición del lugar, había indicios de que la fiesta tenía como
objetivo continuar hasta altas horas de la noche pero hacia las 22 el desalojo
ya se había concretado sin grandes inconvenientes.