El procedimiento se
enmarca en la intensificación de controles dispuesto por la Intendencia a fin
de promover mayores y mejores estándares de seguridad pública.
Un
megaoperativo desplegado en la zona norte en forma coordinada por la
Municipalidad de Rosario, el Ministerio Público de la Acusación (MPA) y la
Unidad Regional II de la Policía de Santa Fe, desbarató una picada clandestina
que estaba por llevarse a cabo en la madrugada del sábado.
Durante
la intervención (que contó con la participación de 160 agentes), enmarcada en
el fortalecimiento de los controles sobre el espacio público dispuesto por la
Intendencia para mejorar y asegurar los entornos urbanos, se remitieron 106
vehículos, entre ellos una moto con pedido de captura policial. No hubo
detenciones pero los conductores fueron identificados en el lugar.
Un
operativo de prevención de carreras clandestinas tuvo lugar en Costa Alta entre la 1 y las 4 del sábado. Fue encabezado
por la fiscal Verónica Caini y participaron en el mismo personal de Dirección
General de Tránsito, Control Urbano, Guardia Urbana Municipal (GUM) y Fiscalización
de Transporte de la Secretaría de Control y Convivencia Ciudadana junto a
efectivos la Policía de Investigaciones (PDI), Policía de Acción Táctica (PAT),
agrupación Orden Público, sección Motorizada y Dirección General de Drogas
Peligrosas entre otras áreas de la Unidad Regional II de la Policía de Santa
Fe.
Durante
la intervención, con un operativo cerrojo estratégicamente planificado y
celosamente cuidado, se logró interrumpir y desvirtuar las pretensiones de
llevar a cabo una picada vehicular en las inmediaciones. La minuciosa preparación
colaboró en que no hubiera lesionados ni situaciones violencia. El personal a
cargo de la fiscal procedió a controlar unos 600 vehículos en sus documentos y
condiciones de seguridad, también se comprobaron las identidades de los
conductores, se verificó la existencia de unidades o personas con pedidos de
captura o que portaran armas de fuego. Además, se practicaron test de
alcoholemia a todos los involucrados, aunque sólo siete de ellos dieron
positivo.
Los
resultados de las acciones fueron sumamente satisfactorios, pudiendo controlar
la situación de inminente riesgo en la vía pública. En cuanto a los 106
vehículos secuestrados, en su gran mayoría fueron remitidos por irregularidades
en la documentación y elementos de seguridad reglamentarios para la circulación.
Uno
de ellos es una moto que fue abandonada –junto a otras varias al momento de la
aparición del personal municipal y policial en el lugar– sobre la que pesaba un
pedido de captura.
Varios
de los vehículos remitidos presentaban modificaciones en su estructura para ser
más veloces y estaban preparados para correr. Cabe destacar que no hubo
detenciones pero conductores y personas presentes fueron debidamente
identificados, se comprobaron guarismos adulterados para identificar vehículos
sustraídos, personas con pedidos de captura o que portaran armas de fuego.
“Se
actuó preventivamente y de manera coordinada entre la Municipalidad, el
Ministerio Público de la Acusación y la Policía, sobre este universo que
organiza corridas ilegales. Se interrumpió y se desvirtuaron las intenciones
que tenía de llevar a cabo una picada en la Costanera”, explicó el secretario
de Control y Convivencia Ciudadana, Gustavo Zignago.
“Con
esta acción pudimos preservar el uso democrático del espacio público y también
promover condiciones de seguridad pública para la ciudad”, agregó.
Cabe
mencionar que dicha intervención se enmarca en la decisión del Ejecutivo
Municipal de fortalecer y redoblar esfuerzos en mejorar los estándares de
seguridad urbana.
El 24 de agosto pasado, la intendenta Mónica
Fein dispuso una multiplicidad de medidas en ese orden, entre ellas, el
refuerzo de los controles vehiculares, sobre todo en las motos con más de un
pasajero. Desde aquel entonces se llevan remitidas al corralón mas de 550 motos
y casi 300 autos y hubo una docena de detenidos sólo en operativos de seguridad
vehicular.