Opinión.
Obra: evita, el
musical. Buenos Aires, año 1986.
En dicha obra todos
los actores interpretábamos varios personajes.
Con
los que se me habían asignado a mí, ocurrió entre dos de ellos, lo siguiente:
En la primera aparición yo era el Papa XII, con lo que lucía mi atuendo papal y
el consabido "solideo en mi cabeza". Luego, en menos de un minuto era
ya un oficinista. Velocidad extrema que se había ensayado cronológicamente para
el cambio de vestuario, todo correcto salvo que, al salir a escena de
oficinista llevaba muy gallardamente en mi cabeza "el gorrito blanco y
pequeño del Papa". Nada, al segundo de estar sobre el escenario me di
cuenta de ello, pero ya sabemos muy bien que "la función debe
continuar".
Ahora
tras el tiempo transcurrido, al recordar el episodio se me escapa aún la risa,
pero en ese momento la bronca conmigo mismo fue monumental. Al final no
faltaron los aplausos y los bravos, tampoco alguna que otra risa "algo
maliciosa.....", pero en el teatro se perdona lo que "no se
perdonaría en la vida".
Lo
cierto es que en las funciones teatrales suelen ocurrir cientos de episodios y
cosas de no creer, incluso a veces con el texto y que pasa inadvertido.
¡
VIVA EL TEATRO, SIEMPRE !. Salir a un escenario para un actor es como hacerlo
en un ruedo, salvo que en el teatro "no hay muertes reales...,
claro".-
Martín
Mujica
Actor
Madrid,
30/08/16