LA FAMILIA ES LO
PRIMERO.
La
concejala Marina Magnani adelantó que realizará un pedido de informes sobre las
empresas que participaron de la licitación para la restauración del Monumento
Nacional a la Bandera, y consideró que "de otorgarse la obra a Creaurban
S.A., nos encontraríamos ante una autoadjudicación de obras financiada por el
gobierno nacional a la familia presidencial".
En
el marco de la apertura de sobres de la licitación de obras para la
restauración del Monumento que se realizó este lunes con presencia de
funcionarios municipales y nacionales, el bloque Unidos y Organizados
encabezado por la edila Marina Magnani presentará un pedido de informes para
conocer cuáles fueron las empresas que participaron, quiénes son sus
accionistas, y en base a qué análisis de costos se elaboraron las ofertas.
"La
mejor oferta la hizo la empresa Creaurban S.A., perteneciente a Ángelo
Calcaterra, primo del presidente Mauricio Macri. Creaurban pertenecía al grupo
SOCMA, de Franco Macri, quien anunció la venta cuando su hijo fue candidato a
Jefe de Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, pero el comprador fue su sobrino",
recordó la concejala.
Al
respecto, Marina Magnani sostuvo que "esta empresa radicada en Buenos
Aires no cuenta con antecedentes de obras públicas en Rosario, y sin embargo
realizó la mejor oferta. Resulta al menos sospechoso que una empresa sin radicación
en la ciudad pueda generar la infraestructura necesaria para realizar las obras
comprometidas, a un precio inferior que las empresas locales. La Logística del
traslado de maquinaria y equipamiento, o el alquiler de los mismos, ya
supondría en sí mismo un costo superior al costo logístico de las empresas de
nuestra región".
“Cuando
el año pasado, luego del ballotage, se dispararon las acciones de Calcaterra en
el mercado de valores, el mercado nos estaba dando un indicio de lo que podría
llegar a ocurrir con la adjudicación de la obra pública durante la gestión de
Macri", agregó la legisladora local, y concluyó: "Lo que resulta
inadmisible es que realicen una licitación hecha a medida de la familia
presidencial utilizando el símbolo de la soberanía nacional, otra muestra más
de desprecio por la Patria, y un segundo agravio al Monumento a la Bandera,
luego de haberlo vallado impidiendo el ingreso de rosarinos y rosarinas a
rendir homenaje a la insignia nacional".