El
sumo pontífice recorrió varios ejes de la coyuntura global, pidió por "el
pueblo venezolano", los migrantes, la "convivencia" entre
israelíes y palestinos, el conflicto en Siria y el cambio climático, entre
otros temas.
"Dios
ha vencido el egoísmo y la muerte con las armas del amor; su hijo, Jesús, es la
puerta de la misericordia, abierta de par en par para todos", aseguró el
Pontífice tras la bendición "Urbi et Orbi" que lanzó desde el balcón
central de la Basílica de San Pedro este mediodía de Roma.
El
Papa enmarcó sus pedidos de paz y convivencia en un mundo que "está lleno
de personas que sufren en el cuerpo y en el espíritu, mientras que las crónicas
diarias están repletas de informes sobre delitos brutales, que a menudo se
cometen en el ámbito doméstico, y de conflictos armados a gran escala que
someten a poblaciones enteras a pruebas indecibles".
"Que
su mensaje pascual se proyecte cada vez más sobre el pueblo venezolano, en las
difíciles condiciones en las que vive, así como sobre los que tienen en sus
manos el destino del país, para que se trabaje en pos del bien común, buscando
formas de diálogo y colaboración entre todos", pidió el Obispo de Roma.
"Que
la próxima Cumbre Mundial Humanitaria no deje de poner en el centro a la
persona humana, y desarrollar políticas capaces de asistir y proteger a las
víctimas de conflictos y emergencias, a los más vulnerables y a los perseguidos
por motivos étnicos y religiosos"
"Y
que se promueva en todo lugar la cultura del encuentro, la justicia y el
respeto recíproco, lo único que puede asegurar el bienestar espiritual y
material de los ciudadanos", agregó Su Santidad, que dos horas antes había
celebrado en la Plaza San Pedro la misa de Pascua.
En
su mensaje desde el balcón, Francisco insistió con su preocupación por los
emigrados de África y aseguró que "son una muchedumbre cada vez más grande
de emigrantes y refugiados, incluyendo muchos niños, que huyen de la guerra, el
hambre, la pobreza y la injusticia social".
"Estos
hermanos y hermanas nuestros, encuentran demasiado a menudo en su recorrido la
muerte o, en todo caso, el rechazo de quien podrían ofrecerles hospitalidad y
ayuda", criticó el Pontífice tras dar una vuelta en papamóvil, sin
protección antibalas, por la histórica plaza.
"Que
la cita de la próxima Cumbre Mundial Humanitaria no deje de poner en el centro
a la persona humana, con su dignidad, y desarrollar políticas capaces de
asistir y proteger a las víctimas de conflictos y otras situaciones de
emergencia, especialmente a los más vulnerables y los que son perseguidos por
motivos étnicos y religiosos", demandó el santo padre.
Pidiendo
ternura y compasión "hacia los hambrientos y sedientos, los extranjeros y
los encarcelados, los marginados y descartados, las víctimas del abuso y la
violencia", el Pontífice instó en su mensaje "a reanudar con mayor
vigor la construcción de caminos de reconciliación con Dios y con los hermanos,
que tanto necesitamos".
Además,
el Papa pidió "que la imagen del hombre nuevo, que resplandece en el
rostro de Cristo, fomente la convivencia entre israelíes y palestinos en Tierra
Santa, así como la disponibilidad paciente y el compromiso cotidiano de
trabajar en la construcción de los cimientos de una paz justa y duradera a
través de negociaciones directas y sinceras".
"Que
el Señor de la vida acompañe los esfuerzos para alcanzar una solución
definitiva de la guerra en ucrania, inspirando y apoyando también las
iniciativas de ayuda humanitaria, incluida la de liberar a las personas
detenidas", fue otro de los pedidos de Francisco.
En
otro pasaje de su bendición, el Pontífice reiteró la "cercanía a las
víctimas del terrorismo, esa forma ciega y brutal de violencia que no cesa de
derramar sangre inocente en diferentes partes del mundo, como ha ocurrido en
los recientes atentados en Bélgica, Turquía, Nigeria, Chad, Camerún y Costa de
Marfil".
El
eje ambiental también estuvo presente: "Pienso en las zonas afectadas por
los efectos del cambio climático, que provoca sequía o inundaciones, con las
consiguientes crisis alimentarias en diferentes partes del planeta"
"Que lleve a buen término el fermento de
esperanza y las perspectivas de paz en África; pienso, en particular, en
Burundi, Mozambique, la república Democrática del Congo y en el Sudán del Sur,
lacerados por tensiones políticas y sociales".Telam
El
eje ambiental, recurrente en los discursos del Pontífice tras la publicación en
2015 de la encíclica Laudato Si', también estuvo presente cuando Francisco
pidió que "en este día tan glorioso, goce también la tierra, inundada de
tanta claridad, aunque sea tan maltratada y vilipendiada por una explotación
ávida de ganancias, que altera el equilibrio de la naturaleza".
"Pienso
en particular en las zonas afectadas por los efectos del cambio climático, que
en ocasiones provoca sequía o inundaciones, con las consiguientes crisis
alimentarias en diferentes partes del planeta", enfatizó.
Sobre
el imponente arreglo de más de 35.000 flores y plantas enviado por floristas
holandeses para acompañar la celebración, Francisco también envió un mensaje
"a la querida Siria, un país desgarrado por un largo conflicto, con su
triste rastro de destrucción, muerte, desprecio por el derecho humanitario y la
desintegración de la convivencia civil".
"Encomendamos
al poder del Señor resucitado las conversaciones en curso, para que, con la
buena voluntad y la cooperación de todos, se puedan recoger frutos de paz y
emprender la construcción de una sociedad fraterna, respetuosa de la dignidad y
los derechos de todos los ciudadanos", insistió sobre el país asiático.
"Que
el mensaje de vida, proclamado por el ángel junto a la piedra removida del
sepulcro, aleje la dureza de nuestro corazón y promueva un intercambio fecundo
entre pueblos y culturas en las zonas de la cuenca del Mediterráneo y de Medio
Oriente, en particular en Irak, Yemen y Libia", sumó a su pedido global de
paz, que dedicó con ahínco a quienes "han perdido toda esperanza", a
los ancianos en soledad y a los "jóvenes a quienes paree faltarles el
futuro".