Pobreza
El
dato, de fines de 2014, representa al 21,2% de la población hasta 17 años;
subió casi 3 puntos desde el inicio del segundo mandato de CFK.
final
de 2014, 2,5 millones de niños tuvieron problemas para alimentarse. La cifra
representa un aumento con respecto a los chicos que estaban en esa misma
situación en 2011, cuando comenzó el segundo mandato de Cristina Kirchner. A
pesar de los buenos resultados de la Asignación Universal por Hijo (AUH), unos
568.000 chicos sufrían todavía hambre severo el año pasado.
Así
lo demuestra el último dato actualizado de la medición multidimensional de la
pobreza infantil elaborado por el Observatorio de la Deuda Social Argentina de
la Universidad Católica Argentina (UCA). LA NACION intentó contrastar esos
datos con los oficiales, pero desde 2013 el Gobierno dejó de informar la
cantidad de adultos y chicos pobres en la Argentina, con diferentes
justificaciones.
El
estudio afirmó además que muchos niños continúan con severos problemas de
hacinamiento y saneamiento en sus viviendas, falta de atención en salud y con
un fuerte déficit de estimulación, educación e información.
Por
primera vez, la UCA realizó un vector geográfico de la pobreza multidimensional
(aquella que toma no sólo el ingreso de una persona u hogar sino también otro
tipo de variables). De acuerdo con la universidad, en el tope del ránking
aparece el conurbano bonaerense, zona en la que un 67,9% de chicos experimenta
situaciones de pobreza en alguna de las dimensiones de derechos consideradas y
un 22,9% en niveles severos. Le siguen en la lista la infancia tucumana
(57,1%), Gran Córdoba (55,2%) y el Gran Rosario (54,6%).
En
2011, el porcentaje de chicos de entre 0 y 17 años con problemas para
alimentarse (sufren hambre pero recibieron alimentación gratuita de algún tipo)
era de 18,6%, mientras que a fines de 2014 subió a 21,2%. No obstante, la AUH
sí tuvo importante efecto en el mejoramiento de los umbrales más severos de
privación (en ese mismo período ese nivel bajó del 6,7 al 4,7%).
Las
carencias en la dimensión del acceso a los alimentos afectan de modo particular
a las infancias y adolescencias del Gran Córdoba y el Gran Rosario (26% en cada
caso, según la UCA). En estas ciudades el déficit alimentario extremo se estima
en 4,3 y 9,6 por ciento.
"En
el caso de las infancias y adolescencias rosarinas cabe un especial alerta dada
la tendencia claramente negativa que se observa en el acceso a la
alimentación", indicó el informe de la universidad.
"Las
transferencias de ingresos son necesarias pero no suficientes para erradicar la
pobreza en la infancia y adolescencia", indicó Ianina Tuñon, investigadora
de la UCA. "Sin duda, la AUH y sus condicionalidades han contribuido a
reducir las privaciones sociales severas; no obstante, se han revelado insuficientes
para garantizar el efectivo ejercicio de derechos esenciales en la
infancia", agregó.
"Reconocer
que existe una elevada proporción de niños y adolescentes que tiene problemas
para acceder a los alimentos en cantidad y calidad es prioritario. Este dato
releva la complejidad que supone la solución del problema de acceso a los
alimentos, en la medida que las transferencias monetarias y las ayudas
alimentarias directas no han logrado erradicar el hambre en la Argentina",
dijo Tuñón, y agregó: "Se requiere de la generación de programas
complementarios de fortalecimiento de las capacidades productivas, y
capacitación de los adultos en la cocción y preparación de alimentos adecuados
para las diferentes etapas de vida del niño y los cuidados que deben tener con
el agua no segura".
En
cuanto al déficit de vivienda, entre 2011 y 2014 el porcentaje empeoró
levemente: pasó de 23,4 a 24,3 por ciento, aunque mejoró para los que sufren el
problema en forma severa (pasaron de 6,7 a 5,5%). En el mismo período, la falta
de saneamiento (chicos que no tienen acceso al agua corriente o inodoro) pasó
del 24,7 al 20,6 por ciento.
Peor también en salud
Las
cosas empeoraron en el rubro de la salud; en los últimos cuatro años, el
porcentaje de niños que no hicieron una visita al médico o que no tienen
cobertura de salud pasó del 13,3 al 16,6 por ciento. Los números de la
educación, la estimulación temprana y el acceso a la información avanzaron
levemente en el último ciclo político de la Presidenta, según la UCA.
Nadie
sabe cuál es el nivel de pobreza en la Argentina. En el segundo semestre de
2013, el Indec difundió su último dato: 4,7% de la población estaba afectada.
Luego de esa cifra, el índice se discontinuó con variadas justificaciones: el
ministro de Economía, Axel Kicillof, señaló que no se difundiría para no
estigmatizar a los pobres; el jefe de Gabinete, Aníbal Fernández, dijo que
"el Estado no está para medir pobres", y el director técnico del
Indec, Norberto Itzcovich, afirmó que el organismo no daba ningún número porque
era posible calcular la pobreza "de 6000 maneras diferentes". Sugirió
además que, con los insumos publicados, cualquier investigador, académico,
economista o ciudadano podía calcular su propio índice a la carta.
En
ese contexto, el Centro de Investigación y Formación de la República Argentina
(Cifra), que depende de la CTA oficialista, informó que en el primer semestre
del año había 8,4 millones de pobres. O sea que la pobreza alcanzaba al 19,7%
de los argentinos. Se trata de un porcentaje menor al medido por los
especialistas de ATE Indec, que para ese período calculaban un 21,8 por ciento.
Si
se toma el último dato disponible de la UCA -en cuanto a la pobreza medida por
ingresos-, correspondiente al segundo semestre de 2014, la diferencia es aún mayor.
Según el Barómetro de la Deuda Social Argentina, la pobreza llegaba al 28,7% de
los argentinos en aquel período.
Fuente: La Nación