Libre expresión
El
Sindicato de Prensa Rosario (FETRACCOM-CTA) repudia el decreto 235 por el cual
se intervienen la Autoridad Federal de Servicios de Comunicación Audiovisual
(AFSCA) y a la Autoridad Federal de Tecnologías de la Información y las Comunicaciones
(AFTIC) en una disposición autoritaria, ilegal e ilegítima.
Este DNU es en sí
un atentado contra Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual porque lo que
busca es que no se aplique la norma, que no se federalice la palabra, que no se
desmonopolice. El gremio de Prensa dispone el estado de alerta en defensa de la
ley y su institucionalidad.
Este
DNU vulnera nuestros derechos al desconocer la institucionalidad de la ley
26.522, cuyo Consejo Federal (COFECA), del cual el SPR forma parte por el
sector de los trabajadores, es quien tiene la potestad de nombrar dos
integrantes del AFSCA y de remover a sus directores. Como si fuera poco en sus
consideraciones señalan: "Que desde el año 2009 no se han logrado avances
significativos en el desarrollo de mecanismos destinados al cumplimiento de la
materia", cuando la ley se vio judicializada por quienes son ahora los que
ordenan estos atropellos para continuar con el gran negocio de los medios
audiovisuales y de las nuevas tecnologías de la comunicación.
La
LSCA 26.522 vino a cubrir una deuda de la democracia al derogar el decreto ley
de la dictadura que administraba el espectro audiovisual con premisas de la
doctrina de la seguridad nacional. Donde, por ejemplo, no podían ser
licenciatarios las organizaciones sin fines de lucro. La ley de medios creció
desde el pie, con debates en todos los rincones del país, movilizaciones y
audiencias. Es una ley que construimos entre todos; es NUESTRA ley: no sólo de
las y los trabajadores de prensa, la comunicación y la cultura sino de todo el
pueblo, de sus organizaciones libres, que constituyeron la Coalición por una
Radiodifusión Democrática y escribieron los 21 Puntos, fundamento volcado en la
ley para su tratamiento legislativo.
Es
ejemplo a nivel mundial en la elaboración de un norma por su calidad
democrática y elogiada por organismos internacionales de derechos humanos.
Tiene además de su espíritu federal, inclusivo y diverso, la enorme virtud de
considerar a la comunicación como un derecho humano, lo que de por sí la pone
en las antípodas de la comunicación como mercancía y con medios regulados por
el mercado.
Fue
votada por amplias mayorías en el Congreso y ratificada en toda su
peregrinación judicial por la Corte Suprema de la Nación que declaró su
constitucionalidad. Así que no aceptamos que nos digan que es antidemocrática,
que la pueden modificar por decreto, que pueden intervenir sus autoridades de
aplicación, que no van a respetar su institucionalidad, porque con lucha y
movilización defenderemos nuestros derechos.