Comunicado
El presidente de la CAC,
Carlos de la Vega, sostuvo la necesidad de derogar la presente Ley de
Abastecimiento, en una nota publicada en el Suplemento Económico del diario La
Nación el pasado domingo 25 de enero (Pág. 5).
De llevarse a cabo su
intención, o bien volvería a entrar en vigencia la vieja Ley 20.680 que incluye
a las PyMES, o bien se intentaría generar una nueva legislación de la cual
sería difícil excluir a las pequeñas y medianas empresas, tal como ocurrió en
septiembre pasado.
Ricardo Diab, Pte. Asociación Empresaria de Rosario
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Carlos de la Vega: "Le tememos a
la demagogia populista en un año electoral"
Por Diego Cabot | LA NACION
Todavía no es más que una iniciativa parlamentaria, pero la Cámara Argentina de Comercio ya sentó su posición frente a la posibilidad que durante 2015 se discuta un Código Laboral. Carlos de la Vega, su presidente, habló de todo, pero enfatizó en la cuestión laboral. "No nos oponemos a un código, pero queremos que sea una discusión madura, que tenga normas justas para todas las partes. Le tememos a la demagogia populista en un año electoral", dijo.
Por Diego Cabot | LA NACION
Todavía no es más que una iniciativa parlamentaria, pero la Cámara Argentina de Comercio ya sentó su posición frente a la posibilidad que durante 2015 se discuta un Código Laboral. Carlos de la Vega, su presidente, habló de todo, pero enfatizó en la cuestión laboral. "No nos oponemos a un código, pero queremos que sea una discusión madura, que tenga normas justas para todas las partes. Le tememos a la demagogia populista en un año electoral", dijo.
-¿Qué espera para
este 2015?
-Desde el punto de vista económico, no esperamos cambios, seguimos con el ritmo de 2014. No hay elementos que nos permitan suponer una mejora importante de la actividad económica. Hay quienes pronostican una pequeña caída; los optimistas sólo dicen que habrá apenas unas décimas de crecimiento.
-¿Seguirá la inflación alta?
-Los últimos dos meses de 2014 se estabilizó en 1,7 o 1,8%. Seguramente, este año tendremos una baja y terminará en 25 y 30%. Es una buena tendencia, pero igual es altísima.
-¿Y el comercio exterior?
-Habrá reducción de las exportaciones. Se estima una reducción de US$ 6000 millones o US$ 7000 millones producida por la caída de los precios y en los bienes industriales que preferentemente se exportan a Brasil. En ese punto dependemos del nivel de ajuste que haga Brasil. Si es profundo, nos va a afectar con consecuencias sobre los bienes industriales y las automotrices. Además, en mercados demandantes, como Brasil, Rusia y la India hubo devaluaciones. En ese frente es complicado.
-¿Y el tipo de cambio?
-Mientras la cotización del peso se use como ancla inflacionaria no se puede seguir la tendencia de las monedas del mundo.
-Si lo escucho a usted, no pongo un peso en la Argentina, por lo menos este año.
-Visto desde la óptica de las multinacionales, que tienen 100 mercados que observan para ver dónde invertir, es difícil. Si las condiciones en la Argentina no son atractivas, no se pueden esperar grandes inversiones. Salvo las que se hacen por la imposibilidad de enviar dividendos al exterior, no hay que esperar grandes inversiones. Algunos construyen nuevos edificios corporativos o algo de mantención, pero no hay que esperar grandes inversiones para este año. Salvo que estén forzados por alguna coyuntura. En algún momento, el país tendrá que hacer algo más que transcurrir como este 2015.
-¿No hay financiamiento?
-No, las empresas argentinas no tienen posibilidad de conseguir crédito. Y para invertir hay que tener la relación con financiera con el mundo.
-¿Qué dicen los empresarios de los servicios, muchos de ellos afiliados a la CAC?
-Distintos sectores de servicios tienen problemas de tarifas y de precios. El origen de este problema es que hay quienes suponen que desde el Gobierno se pueden digitar los precios de la economía en beneficio de unos y en desmedro de otros?
-Esos "quienes" son funcionarios del Gobierno?
-?estas políticas sostenidas en el tiempo llevan inevitablemente al deterioro de las prestaciones y a crisis como se producen como cortes de servicios, y no solo hablo de electricidad. Contener artificialmente algunos precios para hacer una redistribución de ingresos no solo ante la sociedad sino dentro de los productores internos genera distorsiones tan grandes que a la larga se pagan. Y a veces se tratan de arreglar con parches, pero hay que tomar decisiones de fondo. Sin shock y sin generar problemas sociales.
-¿No advertían sobre las consecuencias de estas políticas?
-Las respuestas siempre fueron que la idea era hacer redistribución a partir de ciertas prestaciones de servicios. No sólo el deterioro de los servicios, hay que pensar cómo solucionar en el futuro el principal problema que es la inflación. Y luego restablecer las condiciones de la economía que nos permita tener un horizonte de mediano plazo para poder analizar inversiones, planificar inversiones, planificar la actividad privada. Y para eso hay que tener certezas.
-¿Hoy no hay certezas?
-No. No aparecen ni por el lado de las autoridades ni por el lado de los grandes conglomerados políticos, que sólo expresan esperanzas o deseos pero no planes concretos. El tema no es sencillo, porque el país ya no aguanta socialmente políticas de shock. Habrá que tener planes muy claros para que gradualmente se ajusten las variables de la economía que permitan reducir la emisión, mejorar el déficit fiscal, mejorar la balanza comercial y que no baje el nivel de actividad. Esto junto no se puede hacer, hay que hacer una sintonía fina de alta calidad que será la única manera de salir adelante.
-¿Qué imagina para las próximas negociaciones paritarias?
-El convenio más grande, que es el de comercio, que es de un millón de personas y dobla al que sigue, el año pasado se adelantó desde abril a marzo. No falta tanto.
-¿Los empresarios pueden sostener los aumentos que piden los gremios?
-No hay pedidos concretos de los sindicatos, no dudo que habrá acuerdo. Siempre empiezan muy duras pero luego llegamos a acuerdos que deben ser razonables por qué no dejan contento a los empresarios pero tampoco a los trabajadores.
-Cada vez se crea menos empleo en el sector privado.
-Sí, pero la creación de empleo no solo tiene que ver con las condiciones económicas. Hay circunstancias que influyen directamente.
-¿Por ejemplo?
-Por caso, los continuos proyectos de leyes para modificar o crear nuevas normas en materia de trabajo. Particularmente, nos preocupa el proyecto de creación de una comisión en la Cámara de Diputados para redactar un código del trabajo.
-El diputado Héctor Recalde tiene sus oficinas cerca, le pueden golpear la puerta?
-Ya lo hicimos, le pedimos audiencia, espero nos atienda cuando regrese de vacaciones
-¿Les preocupa el código?
-No el código, sino el marco en el que se va a llevar adelante la discusión. En un año electoral ¿cómo evitar la demagogia de los distintos candidatos? ¿Cómo evitar el sí fácil para acordar modificaciones que no estén debidamente consensuadas? Nosotros no nos oponemos al código, pero queremos tener una amplia participación y que esto no se constituya en un tema de bandera electoral sino en una legislación coherente, razonable, con normas justas para los dos sectores y que no aliente la industria del juicio.
-Pero si se miran las últimas iniciativas de leyes en materia empresaria no debería ser demasiado optimista.
-La CAC pidió audiencia a los legisladores y al Ministro de Trabajo para considerar el marco en el que se va a discutir esta norma. Le tememos a la demagogia populista en un año electoral.
-¿Cree que hay clima como para arreglar algún consenso entre los principales dirigentes?
-Hay necesidad de lograrlo. Los empresarios y los sindicalistas y muchos políticos están dispuestos. El tema es el cómo. Y desde la CAC hemos dicho que hay que sentarse a discutir sin condicionamientos. Y en esto hemos visto y nos hemos informado cómo se hizo el acuerdo en México. Peña Nieto llamó a todos y dijo estas son mis condiciones, y puso un papel en blanco sobre la mesa.
-En el oficialismo no convocan a nadie hace tiempo?
-Las voces que surgen de la sociedad van en el sentido que se espera un acuerdo? no se puede entender un sistema democrático y una consolidación institucional si no hay un diálogo con todos los sectores.
-¿Cuánto hace que no se sientan a una mesa con la Presidenta?
-Hablamos todo el tiempo con el secretario (de Comercio, Augusto Costa), con el ministro de Economía (Axel Kicillof), pero hablamos todo el tiempo sobre la coyuntura, sobre los problemas concretos, quizá haya que tener otra mirada.
-¿Cómo es la relación con el secretario de Comercio?
-La relación es armónica. La CAC fue a discutirle al secretario de Comercio la ley de abastecimiento. Presentamos 20 sugerencias de las cuales 11 fueron recibidas. Por supuesto que nosotros estamos en desacuerdo con el fondo de la ley de abastecimiento que delega en el Poder Ejecutivo facultades que le permiten poder intervenir en todos los eslabones de una cadena productiva y establecer el margen de utilidad que cada uno va a tener en todo el proceso. Eso significa una intromisión en los negocios privados que no estamos de acuerdo.
-¿Se debe derogar?
-Sí, se podrían derogar.
-¿Cuánto los preocupa el aumento de la presión fiscal?
-La particular aplicación que se hace del sistema de coparticipación federal, incrementó notablemente la presión fiscal. En el caso de las provincias, hay actividades que pagan 5 o 6% sobre a facturación, por lo que las provincias se constituyen en socios de las empresas. Y eso se aplica sobre toda la cadena. Además, los municipios han aumentado sus tasas que debieran ser la contraprestación por un servicio. Es un impuesto a los ingresos brutos disfrazado. Eso manda a muchos a la informalidad. Y el que es informal en los impuestos es informal en los trabajadores.
-¿Puede complicar la negociación salarial el impuesto a las ganancias?
-Este tema se va a presentar en las actividades que tienen sueldos alcanzados por el impuesto a las ganancias, en otras no sucede eso. La negociación salarial puede complicarse por esto. Afecta a muchos trabajadores y es un tema preocupante.
-¿Qué opina del año de gestión del equipo económico?
-La actividad económica, por circunstancias nacionales e internaciones, fue menor que en años anteriores. La política está orientada a lograr un año político sin sobresaltos que no interfiera en el proceso político que quiere llevar adelante el Gobierno.
-¿Cuál es su opinión sobre todo lo que ha sucedido desde la muerte del fiscal Nisman?
-La sociedad argentina está conmovida no sólo por el hecho de la desaparición del fiscal, sino por tener la evidencia que todavía en nuestro país pueden suceder hechos tan graves como los que su sucedieron estos días. Es evidente que están abiertas algunas vías que permiten que sucedan actos tan graves como los que hemos presenciados y eso exige que todos reflexionemos para mejorar en seguridad. Hay una sensación de inseguridad colectiva muy grande. Hay un avance del narcotráfico.
-Desde el punto de vista económico, no esperamos cambios, seguimos con el ritmo de 2014. No hay elementos que nos permitan suponer una mejora importante de la actividad económica. Hay quienes pronostican una pequeña caída; los optimistas sólo dicen que habrá apenas unas décimas de crecimiento.
-¿Seguirá la inflación alta?
-Los últimos dos meses de 2014 se estabilizó en 1,7 o 1,8%. Seguramente, este año tendremos una baja y terminará en 25 y 30%. Es una buena tendencia, pero igual es altísima.
-¿Y el comercio exterior?
-Habrá reducción de las exportaciones. Se estima una reducción de US$ 6000 millones o US$ 7000 millones producida por la caída de los precios y en los bienes industriales que preferentemente se exportan a Brasil. En ese punto dependemos del nivel de ajuste que haga Brasil. Si es profundo, nos va a afectar con consecuencias sobre los bienes industriales y las automotrices. Además, en mercados demandantes, como Brasil, Rusia y la India hubo devaluaciones. En ese frente es complicado.
-¿Y el tipo de cambio?
-Mientras la cotización del peso se use como ancla inflacionaria no se puede seguir la tendencia de las monedas del mundo.
-Si lo escucho a usted, no pongo un peso en la Argentina, por lo menos este año.
-Visto desde la óptica de las multinacionales, que tienen 100 mercados que observan para ver dónde invertir, es difícil. Si las condiciones en la Argentina no son atractivas, no se pueden esperar grandes inversiones. Salvo las que se hacen por la imposibilidad de enviar dividendos al exterior, no hay que esperar grandes inversiones. Algunos construyen nuevos edificios corporativos o algo de mantención, pero no hay que esperar grandes inversiones para este año. Salvo que estén forzados por alguna coyuntura. En algún momento, el país tendrá que hacer algo más que transcurrir como este 2015.
-¿No hay financiamiento?
-No, las empresas argentinas no tienen posibilidad de conseguir crédito. Y para invertir hay que tener la relación con financiera con el mundo.
-¿Qué dicen los empresarios de los servicios, muchos de ellos afiliados a la CAC?
-Distintos sectores de servicios tienen problemas de tarifas y de precios. El origen de este problema es que hay quienes suponen que desde el Gobierno se pueden digitar los precios de la economía en beneficio de unos y en desmedro de otros?
-Esos "quienes" son funcionarios del Gobierno?
-?estas políticas sostenidas en el tiempo llevan inevitablemente al deterioro de las prestaciones y a crisis como se producen como cortes de servicios, y no solo hablo de electricidad. Contener artificialmente algunos precios para hacer una redistribución de ingresos no solo ante la sociedad sino dentro de los productores internos genera distorsiones tan grandes que a la larga se pagan. Y a veces se tratan de arreglar con parches, pero hay que tomar decisiones de fondo. Sin shock y sin generar problemas sociales.
-¿No advertían sobre las consecuencias de estas políticas?
-Las respuestas siempre fueron que la idea era hacer redistribución a partir de ciertas prestaciones de servicios. No sólo el deterioro de los servicios, hay que pensar cómo solucionar en el futuro el principal problema que es la inflación. Y luego restablecer las condiciones de la economía que nos permita tener un horizonte de mediano plazo para poder analizar inversiones, planificar inversiones, planificar la actividad privada. Y para eso hay que tener certezas.
-¿Hoy no hay certezas?
-No. No aparecen ni por el lado de las autoridades ni por el lado de los grandes conglomerados políticos, que sólo expresan esperanzas o deseos pero no planes concretos. El tema no es sencillo, porque el país ya no aguanta socialmente políticas de shock. Habrá que tener planes muy claros para que gradualmente se ajusten las variables de la economía que permitan reducir la emisión, mejorar el déficit fiscal, mejorar la balanza comercial y que no baje el nivel de actividad. Esto junto no se puede hacer, hay que hacer una sintonía fina de alta calidad que será la única manera de salir adelante.
-¿Qué imagina para las próximas negociaciones paritarias?
-El convenio más grande, que es el de comercio, que es de un millón de personas y dobla al que sigue, el año pasado se adelantó desde abril a marzo. No falta tanto.
-¿Los empresarios pueden sostener los aumentos que piden los gremios?
-No hay pedidos concretos de los sindicatos, no dudo que habrá acuerdo. Siempre empiezan muy duras pero luego llegamos a acuerdos que deben ser razonables por qué no dejan contento a los empresarios pero tampoco a los trabajadores.
-Cada vez se crea menos empleo en el sector privado.
-Sí, pero la creación de empleo no solo tiene que ver con las condiciones económicas. Hay circunstancias que influyen directamente.
-¿Por ejemplo?
-Por caso, los continuos proyectos de leyes para modificar o crear nuevas normas en materia de trabajo. Particularmente, nos preocupa el proyecto de creación de una comisión en la Cámara de Diputados para redactar un código del trabajo.
-El diputado Héctor Recalde tiene sus oficinas cerca, le pueden golpear la puerta?
-Ya lo hicimos, le pedimos audiencia, espero nos atienda cuando regrese de vacaciones
-¿Les preocupa el código?
-No el código, sino el marco en el que se va a llevar adelante la discusión. En un año electoral ¿cómo evitar la demagogia de los distintos candidatos? ¿Cómo evitar el sí fácil para acordar modificaciones que no estén debidamente consensuadas? Nosotros no nos oponemos al código, pero queremos tener una amplia participación y que esto no se constituya en un tema de bandera electoral sino en una legislación coherente, razonable, con normas justas para los dos sectores y que no aliente la industria del juicio.
-Pero si se miran las últimas iniciativas de leyes en materia empresaria no debería ser demasiado optimista.
-La CAC pidió audiencia a los legisladores y al Ministro de Trabajo para considerar el marco en el que se va a discutir esta norma. Le tememos a la demagogia populista en un año electoral.
-¿Cree que hay clima como para arreglar algún consenso entre los principales dirigentes?
-Hay necesidad de lograrlo. Los empresarios y los sindicalistas y muchos políticos están dispuestos. El tema es el cómo. Y desde la CAC hemos dicho que hay que sentarse a discutir sin condicionamientos. Y en esto hemos visto y nos hemos informado cómo se hizo el acuerdo en México. Peña Nieto llamó a todos y dijo estas son mis condiciones, y puso un papel en blanco sobre la mesa.
-En el oficialismo no convocan a nadie hace tiempo?
-Las voces que surgen de la sociedad van en el sentido que se espera un acuerdo? no se puede entender un sistema democrático y una consolidación institucional si no hay un diálogo con todos los sectores.
-¿Cuánto hace que no se sientan a una mesa con la Presidenta?
-Hablamos todo el tiempo con el secretario (de Comercio, Augusto Costa), con el ministro de Economía (Axel Kicillof), pero hablamos todo el tiempo sobre la coyuntura, sobre los problemas concretos, quizá haya que tener otra mirada.
-¿Cómo es la relación con el secretario de Comercio?
-La relación es armónica. La CAC fue a discutirle al secretario de Comercio la ley de abastecimiento. Presentamos 20 sugerencias de las cuales 11 fueron recibidas. Por supuesto que nosotros estamos en desacuerdo con el fondo de la ley de abastecimiento que delega en el Poder Ejecutivo facultades que le permiten poder intervenir en todos los eslabones de una cadena productiva y establecer el margen de utilidad que cada uno va a tener en todo el proceso. Eso significa una intromisión en los negocios privados que no estamos de acuerdo.
-¿Se debe derogar?
-Sí, se podrían derogar.
-¿Cuánto los preocupa el aumento de la presión fiscal?
-La particular aplicación que se hace del sistema de coparticipación federal, incrementó notablemente la presión fiscal. En el caso de las provincias, hay actividades que pagan 5 o 6% sobre a facturación, por lo que las provincias se constituyen en socios de las empresas. Y eso se aplica sobre toda la cadena. Además, los municipios han aumentado sus tasas que debieran ser la contraprestación por un servicio. Es un impuesto a los ingresos brutos disfrazado. Eso manda a muchos a la informalidad. Y el que es informal en los impuestos es informal en los trabajadores.
-¿Puede complicar la negociación salarial el impuesto a las ganancias?
-Este tema se va a presentar en las actividades que tienen sueldos alcanzados por el impuesto a las ganancias, en otras no sucede eso. La negociación salarial puede complicarse por esto. Afecta a muchos trabajadores y es un tema preocupante.
-¿Qué opina del año de gestión del equipo económico?
-La actividad económica, por circunstancias nacionales e internaciones, fue menor que en años anteriores. La política está orientada a lograr un año político sin sobresaltos que no interfiera en el proceso político que quiere llevar adelante el Gobierno.
-¿Cuál es su opinión sobre todo lo que ha sucedido desde la muerte del fiscal Nisman?
-La sociedad argentina está conmovida no sólo por el hecho de la desaparición del fiscal, sino por tener la evidencia que todavía en nuestro país pueden suceder hechos tan graves como los que su sucedieron estos días. Es evidente que están abiertas algunas vías que permiten que sucedan actos tan graves como los que hemos presenciados y eso exige que todos reflexionemos para mejorar en seguridad. Hay una sensación de inseguridad colectiva muy grande. Hay un avance del narcotráfico.