La inflación, demoledora de ilusiones y destructora de empleos.
“Hola gente. Yo no voy a sobrevender la entrada… estoy sin trabajo, es esto o ir a ver el partido de mi vida, la plata no me interesa. Lo único que pido es un trabajo digno. Quien me haga entrar a trabajar se la regalo.” El mensaje lo dejó en Mercado Libre un joven de 27 años que vive en Villa Madero, La Matanza, es hincha y socio de San Lorenzo. Hace solo unos días San Lorenzo jugó el partido más importante de sus ciento seis años de historia, y él, fanático del club de Boedo, estuvo dispuesto a resignar la posibilidad de estar ahí a cambio de un trabajo.La situación económica viene castigando sueños y emprendimientos. Este año golpea fuertemente donde más duele: salarios y trabajo.
Hasta hace un par de años, los trabajadores registrados tenían aumentos que igualaban a la inflación, desde hace dos años pierden poder de compra y en los últimos meses la preocupación dejó de ser exclusivamente la pérdida de valor del sueldo. Hoy el miedo es perder el trabajo.
La negación de la inflación por parte del gobierno, la barbaridad que hicieron con el INDEC, puso a los trabajadores argentinos ante un enorme problema: no solo el sueldo rinde menos, sino que empieza a peligrar el propio puesto de trabajo. El miedo de perder en muchos casos la única fuente de ingreso familiar, genera un mayor estímulo de ahorro en el hogar, lo que genera aún menos consumo, agravando el crítico cuadro económico.
¿Qué explicación lógica tiene que bodegas reconocidas, tecnificadas y productoras del mejor malbec tengan que cesantear empleados porque caen las ventas y los costos de producir están por las nubes?, ¿Cuál es la razón para entender que frigoríficos establecidos en las tierras más prodigiosas del mundo tengan que bajar las persianas porque exportar es cada vez más difícil? ¿Cómo se explica que Uruguay y Paraguay exporten más carne vacuna que Argentina, con la necesidad de ingreso de divisas que tiene nuestro país?
Es una espiral decadente: Inflación, desplome del valor del salario, pérdida de poder de compra, caída del consumo, menor actividad económica, menos trabajo, menos salario, más gente sin trabajo.
La recesión es madre del desempleo y el Gobierno, que aporta amenazas, inflación, desconfianza e incertidumbre cuando expone sus nulos reflejos, es el padre de una crisis autogenerada.
Argentina puede salir rápidamente de este entuerto. Primero, como para escapar de cualquier depresión, hace falta cambiar la actitud y rumbo: transparencia y un plan antiinflacionario con metas claras y plazos concretos.
Segundo, más que una ley de autoabastecimiento para crear pánico en productores, emprendedores y comerciantes, hacen falta medidas prudentes y un mensaje claro del gobierno. Con que deje de obstaculizar y esquilar a los responsables de crear valor, habrá dado un paso gigante para recomponer la economía.
Finalmente, y para cuidar un futuro mejor, hay que dar un giro político. Pero esto no es responsabilidad del gobierno, es potestad de la sociedad. En 2015 vamos a elegir algo más que un gobierno por cuatro años. Podemos optar por continuar en la senda de fobiernos miopes, que pasan de la euforia a la desazón sin estaciones y que se niegan a proyectar a largo plazo, o podemos cambiar de rumbo y apostar esta vez por un país sano, equilibrado y que cuide su futuro, que salde su deuda de igualdad de oportunidades y salga de una historia de crisis cíclicas y oportunidades desaprovechadas.
Hace dos años, San Lorenzo estaba peleando para permanecer en primera. El joven de Villa Madero seguramente tenía trabajo y fue a la cancha a alentar a un equipo que parecía sin rumbo. Buenos entrenadores, incorporaciones responsables que configuraron un buen equipo, y sobre todo un clima de confianza y certidumbre pusieron a San Lorenzo en el techo de América en apenas dos años.
Nuestra economía no está al borde del descenso, pero tenemos recursos y emprendedores para estar mucho más arriba. Si hacemos las cosas bien, y si en 2015 elegimos con visión de futuro, Argentina puede torcer el rumbo de retrocesos para que haya avances y progreso para toda la sociedad.