Martín Mujica |
RECUERDAS...,habíamos ido en tu coche aquella otoñal mañana a la oficina de Amparo, mi representante, a El Boalo, quería que te conociese personalmente.
Nada más salir de allí, dijiste, estamos relativamente cerca de El Valle de los Caídos, podemos acercarnos; me lo dijiste en voz baja sabiendo que siempre me había resistido a ir a ese sitio "siniestro"; entonces dijo: sé que lo detestas, yo también, pero aunque sea una vez se debe visitar, tal como hacen los musulmanes que al menos una vez en la vida deben peregrinar a La Meca.
Y tenía razón, hay que ir para valorar realmente lo que esos represaliados obligados por la locura de la sinrazón, fueron capaces de erigir, poniendo piedra sobre piedra, cuyo resultado es una mole tan impresionante como majestuosas las vistas del valle a sus pies, valle que mira de frente a Madrid capital. Mole, cuyo interior es arrogante y frío, como fríos muchos de los cuerpos que allí yacen.
! Imponencia, propia y a gusto de los dictadores !. Imponencia que generalmente y como en este caso, pretendía/pretende ocultar el horror y la miseria de una tragedia humana.
Ese fue, digamos nuestro último viaje, la despedida sin regreso....
...Gracias por haberme convencido a que hiciésemos ese viaje juntos, a pesar de...
Martín Mujica
Desde un lugar de Madrid
17/02/14