Para el resto habrá diferentes alternativas, adelantó el juez de la Corte Raúl Zaffaroni. El consumo de droga quedará despenalizado, explicó el juez, que criticó las “leyes Blumberg”, rechazando de plano la constitucionalidad de penas máximas de 50 años.
En el nuevo texto preparado por la comisión que trabajó en el tema “se incluyen todas las leyes penales especiales que andan sueltas por ahí. Y en la parte general se lo moderniza con las alternativas de las penas no privativas de la libertad y se trata de hacer una aplicación más racional de penas porque lo que tenemos ahora es una desproporción tremenda”.
En diálogo con La Capital de Mar del Plata, Zaffaroni admitió que las penas mayores deberán cumplirse de manera efectiva en sus dos terceras partes y el resto tendrá diferentes alternativas. “En definitiva es una ampliación de lo que es hoy la libertad condicional, pero con penas”, dijo, precisando que “hoy el que sale en libertad condicional, sale. Lo del patronato es una ilusión que no existe. En consecuencia a la persona se la suelta y no sabemos qué pasa. Sino viene con otro delito cometido terminará la condena. Esa es la realidad de hoy”.
Lo que se trata de hacer ahora es que desaparezca la libertad condicional en esas condiciones y apelar a “todo un arsenal de penas no privativas de la libertad que son controladas por el juez y no por un patronato, que ahora es una asociación civil y no controla nada”.
Con referencia a la reincidencia, consideró que la misma “es un hecho y no se puede hacer desaparecer”. Zaffaroni sugirió ver cómo se regula el fenómeno y qué relevancia se le da. Al respecto señaló que “la reincidencia genérica es un concepto autoritario y un concepto donde se pena más al sujeto como indisciplinado frente al Estado”.
Para Zaffaroni, no se trata de un código “revolucionario”. Si por él fuera, dijo, “haría una cosa mucho más transformadora. Es un código que se inscribe dentro de lo que es más o menos la legislación comparada contemporánea”.
“Simplificaremos algunas cosas, pero la línea que sigue es la división de las penas conforme a la gravedad del hecho y distintos efectos conforme a la gravedad de la pena. Se amplía mucho el artículo 41 en cuanto a los criterios de cuantificación de la pena. Se le exige al juez que funde la cuantificación de la pena, cosa que no pasa hoy. Hoy prácticamente todas nuestras sentencias son nulas. También se le exige que funde la sustitución de la pena”, agregó.
Respecto de la prisión perpetua, Zaffaroni dijo que quedará como está, en 30 años. Si bien en la actualidad hay condenas hasta 50 años, a las que consideró “locuras que salen de la reforma Blumberg, una cosa que se aprobó como todos sabemos. En mi opinión personal está derogada, el máximo de pena es de 30 años”.
“En realidad nuestro código tiene un caos tan grande que nadie sabe legalmente cual es el máximo de la pena privativa de la libertad. Lo cual es una violación del principio de legalidad y constituye una flagrante violación constitucional”, sostuvo.
En definitiva, sobre la pena máxima, dijo que “como con posterioridad a la reforma Blumberg se ratificó el Tratado de Roma y se estableció para el genocidio una pena que puede llegar a 30 años, creo que eso deroga los máximos anteriores porque no puede haber un delito más grave que el genocidio. En eso creo que estaremos todos de acuerdo: matar un millón de personas creo que es el delito más grave que tenemos previsto y en consecuencia creo que el máximo de la pena es de 30 años”.
Con relación al consumo de droga, se despenalizará “conforme a la jurisprudencia de la Corte”.