Rosario / Zona Sur
El hombre fue identificado
como Luis Roberto Medina. Era investigado por la Justicia por su
presunta relación con el narcotráfico. Sería inversor del conocido
boliche "Esperanto". La chica que lo acompañaba tenía 20 años.
Un empresario que era
investigado por sus presuntos vínculos con el narcotráfico y una joven
que lo acompañaba en su auto fueron asesinados a balazos en Rosario,
informaron fuentes policiales.
Las víctimas fueron identificadas
por la Policía como Luis Roberto Medina (35) y Justina María Castelli
Pérez (20), quienes viajaban juntos en el Citroën DS3 color rojo del
primero, un inversionista del conocido boliche rosarino "Esperanto".
Fuentes
policiales informaron que ayer a la mañana, alrededor de las 6, el
empresario y la joven transitaban por Ayolas y Uriburu, en la zona sur
de Rosario, cuando el Citroën DS3 fue interceptado por otros dos
vehículos.
De acuerdo a los datos aportados por testigos, uno de
estos rodados se cruzó delante y desde el interior del otro efectuaron
una serie de balazos hacia el auto del empresario, dijeron los
informantes.
Las fuentes señalaron que tanto Medina como la joven recibieron tres impactos de bala cada uno, por lo que murieron en el acto.
Tras
el ataque, los tiradores huyeron del lugar en los mismos vehículos en
los que habían arribado, en tanto que la Policía local fue alertada del
hecho.
Luego, los peritos policiales secuestraron en la escena
del doble crimen numerosas vainas servidas calibre 9 milímetros,
precisaron los voceros.
En las tareas investigativas interviene el personal de la comisaría 16ta. de Rosario.
De
acuerdo a los datos que manejan los pesquisas policiales, Medina tenía
antecedentes penales por tenencia ilegal de arma de guerra y, además de
inversionista en "Esperanto", era dueño de una agencia de venta de autos
en la zona oeste de Rosario.
Por otro lado, la Justicia rosarina
y la Secretaria de Seguridad de Santa Fe investigaban al empresario
asesinado por su posible vinculación con causas por narcotráfico en la
zona.
Medina también había sido mencionado en el caso del ataque a
balazos cometido el 11 de octubre pasado contra la casa del gobernador
santafesino, Antonio Bonfatti, en Rosario.
En esa causa se
investigó un mensaje de texto con las iniciales del empresario (L: M.) y
de tono intimidatorio hacia el gobernador Bonfatti que recibió la jueza
rosarina, Raquel Cosgaya, quien inicialmente tuvo a su cargo la
investigación del atentado a la vivienda del mandatario provincial.
“Averigüen
q Viglione (Ana, la titular de Delitos Complejos de Santa Fe) se
comprometió a hacer desaparecer el exp de L.M. No cumplió. Por eso pasó
lo de Bonfatti y se la van a poner en autopista”, decía el mensaje que
recibió en aquella oportunidad la magistrada en su teléfono celular.
A
partir de esas sospechas, el abogado de Medina, Carlos Varela, se
presentó luego en los Tribunales de Rosario y aclaró: “No hay ninguna
causa que lo relacione en forma directa” con el narcotráfico ni con el
atentado a Bonfatti.
El letrado afirmó que su entonces cliente
era “totalmente ajeno” a esos delitos y que se ponía "a disposición” de
la jueza de Instrucción 5 de Rosario, María Luisa Pérez Vara, quien
quedó a cargo de la causa que antes tenía su colega Cosgaya.
Medina
vivía en un lujoso country de la provincia de Buenos Aires y, según su
abogado, era “sólo un hombre de negocios que hace dos años no está en la
ciudad”, aunque en Rosario tenía intereses ligados “a la compra y venta
de autos”.
RELACIONADAS
Luis Roberto Medina, un hombre con antecedentes
penales por narcotráfico, fue ejecutado a balazos ayer al amanecer
mientras circulaba en un auto por la zona sur de la ciudad. También
murió acribillada en el ataque una joven que lo acompañaba. Hasta
anoche, los investigadores policiales y judiciales no habían determinado
el móvil del atentado. Sí se definió que se cometió con dos armas de
fuego.
Los elementos de criminalística serán claves para
reconstruir la mecánica del hecho dado que, por lo aislado del lugar y
la hora en que ocurrió el violento suceso, no se cuenta con testigos ni
hay cámaras de vigilancia. En tal sentido se ordenaron pericias sobre
los teléfonos celulares de Medina y su acompañante para rearmar sus
últimos momentos.
Medina era un hombre millonario, que había hecho inversiones inmobiliarias y comerciales,
algunas bajo su propio nombre y otras mediante testaferros.
Estaba sindicado como el proveedor de drogas de Emanuel "Ema Pimpi"
Sandoval, acusado por el ataque a la casa del gobernador Antonio
Bonfatti. Por esa razón en la sede local de la Gobernación, el día
después del atentado, prominentes figuras del gobierno lo mencionaban
como posible ideólogo del violento suceso, algo que después esos mismos
sectores relativizaron.
Medina era vastamente conocido por sus actividades
ilícitas ligadas al narcotráfico como proveedor de puntos de venta en la
zona norte de Rosario pero, salvo una detención en diciembre de 1999
por su pertenencia a una banda de traficantes, no fue perseguido
penalmente en la provincia.
Acompañado. Cerca de las 6 de ayer
Medina, de 42 años, conducía un Citroën DC 3 rojo por el acceso Sur. Lo
acompañaba Justina María Castelli, de 23 años, una joven que en las
redes sociales se presentaba como modelo y promotora de eventos a quien
se vinculó sentimentalmente alguna vez con el futbolista Cristian
Fabbiani.
Al parecer, Medina y la chica regresaban de un
boliche o una fiesta. Cuando el auto atravesó Ayolas fue interceptado
por un vehículo y en escasos minutos se desató una tremenda balacera.
Hasta anoche, los pesquisas sólo tenían algunas hipótesis a partir de
las huellas de los neumáticos del Citroën que quedaron marcadas en el
pavimento del lado del conductor.
Presunciones. A partir de estos
indicios, los investigadores presumen que un vehículo que iba adelante
del auto de Medina le cerró el paso y lo forzó a despistarse. Quienes
iban en este vehículo, o quizá en otro, abrieron fuego. Luego bajaron y
lo remataron a balazos de calibre 9 milímetros. Eso se infiere porque
quedaron cápsulas dentro del auto, lo que implica que el tirador
introdujo la mano en el interior.
El cuerpo del empresario tenía 20 orificios de bala
lo que implica que fue alcanzado por al menos diez disparos. Los
proyectiles le atravesaron la espalda y perforaron la cabeza. La
muchacha, vestida con un top, minifalda y tacos, recibió tres balazos
mortales.
Fuera de control, el Citroën se desbarrancó a unos
200 metros de Ayolas, impactó contra un desagüe que pasa debajo de la
Circunvalación y se incrustó allí. Un llamado al 911 alertó del suceso a
la policía. Una camioneta policial arribó a los pocos minutos. Medina
yacía sin vida en el asiento del conductor mientras que su acompañante
estaba tirada en la calle a unos cinco metros del auto.
¿Por qué la joven apareció muerta fuera del vehículo?
La hipótesis más sólida es que fue despedida por el impacto cuando el
auto se estrelló contra un zanjón luego de que el conductor fue rociado a
balazos. Otra posibilidad es que los atacantes la hayan hecho
descender.
"Estamos intentando ubicar a la persona que llamó al
911", señaló el fiscal Nº 3 Carlos Covani, a cargo de la investigación,
quien anoche indicó que la pesquisa no tiene por el momento autores
identificados y por ello tampoco motivaciones.
Seguido. "El auto que Medina usaba
normalmente era un Mercedes Benz AGM y no el Citroën en el que iba. Por
lo que uno supone que tuvieron que haberlo seguido desde que se subió
porque ese vehículo no podía ser reconocido como suyo", dijo ayer a este
diario un conocido de la víctima.
En la escena del crimen los policías recogieron
veinte vainas calibre nueve milímetros desparramadas en la calle. Las
dos ventanillas del Citroën, de dos puertas, no estaban levantadas, lo
que puede ser indicio de una conversación previa entre Medina y sus
atacantes. Otra posibilidad es que el auto no tenía el aire
acondicionado prendido y por lo tanto los cristales estaban levantados.
No son las únicas dudas de los investigadores de la
sección Homicidios, a cargo de la pesquisa. La falta de testigos por lo
aislado del lugar no había permitido hasta anoche avanzar en la
investigación del hecho. "A unos cien metros al oeste hay viviendas
separadas entre sí y del otro lado está el río Paraná", explicó un
vocero policial.
Negocios. A partir de la finalmente
trunca apertura del boliche Esperanto en Rosario (ver aparte), las
actividades de Medina comenzaron a objetarse públicamente. Sin embargo,
su abogado Carlos Varela refutaba esas versiones y sostenía que sólo era
un hombre de negocios que hace dos años no estaba en la ciudad, aunque
mantenía intereses vinculados a la compra y venta de autos.
Medina tenía a su nombre la firma Yasmin SRL, empresa
dedicada a la venta de autos que fue inscripta en 2011. El registro lo
hizo junto a su compañera Daniela Ungaro.
La jueza que no fue a la escena
La ausencia de la jueza de
Instrucción María Luisa Pérez Vara en el lugar de un crimen de
trascendencia pública generó malestar entre los actores del Poder
Judicial que sí acudieron. La magistrada, que es la afectada al turno
semanal, no pudo ser ubicada por teléfono y eso generó complicaciones
porque a poco del inicio de la pesquisa hubo que librar órdenes de
acción que requerían la firma del juez. Finalmente, la superioridad le
delegó las actuaciones a la jueza Raquel Cosgaya y hoy la Corte Suprema
analizará iniciar un sumario contra Pérez Vara. En el caso trabajan el
fiscal de grado Carlos Covani y el fiscal de la oficina NN Marcelo
Vienna.
Fuente:La Capital