La distinción fue propuesta por los ediles Jorge Boasso y María Eugenia
Schmuck, del bloque Radical; Héctor Cavallero, del Partido del Progreso
Social (PPS); Gonzalo del Cerro, de Convicción Radical “Arturo Illia” y
Rodrigo López Molina, de Unión Pro Federal, tras una nota que enviaron
la Facultad de Ciencias Médicas de la Universidad Nacional de Rosario,
el Hospital Provincial del Centenario y el Grupo Hepatitis Rosario.
Ocuparon el Palco de Honor “Dr. Manuel Belgrano”, la intendenta
municipal, Mónica Fein; la esposa del doctor Tanno, María Inés Nieto, el
doctor Oscar Fay por la Facultad de Ciencias Médicas de la UNR; Virginia
Reggiardo, su discípula en el Hospital Provincial del Centenario y Edith
Michelotti por el Grupo Hepatitis Rosario.
Se ubicaron en el palco lateral los hijos del homenajeado Mario y
Federico; sus nueras Judith Carrió y Osila Taborelli y sus nietos
Santino, Lorenzo y Jeremías.
Con las gradas del recinto de sesiones del Concejo colmadas, se inició
el acto con el izamiento de la enseña patria a cargo de Tanno, el
concejal Boasso y el titular del cuerpo legislativo, Miguel Zamarini.
Seguidamente se dio lectura al texto legal, motivo por el cual se
originó la ceremonia, a cargo del secretario Parlamentario, Marcelo
Marchionatti y luego hizo uso de la palabra Boasso.
El autor del proyecto, sostuvo que “Hugo le puso el lomo al crecimiento
profesional, amor a su profesión, con una capacidad intelectual
sobresaliente. Tanto en el concepto tradicional de la inteligencia como
en el de la inteligencia emocional”.
“Sin dudas -prosiguió el concejal del bloque Radical- su vida deja una
estela que permanecerá en el tiempo. Es la trayectoria que construyó,
que tejió con talento, trabajo y perseverancia. Aquella que no se compra
en un mostrador. Le puso el alma a lo que hizo”.
Más adelante indicó que “es un personaje con todo lo que conlleva. No
solo como una construcción mental elaborada mediante el lenguaje y la
imagen. Hugo le agregó al personaje humanidad, talento y trabajo”.
Lo destacó como “un idealista” y remarcó que “no se puede lograr niveles
de excelencia sin ideales”. Sobre los ideales recurrió a José Ingenieros
a quien citó en varios tramos de “El hombre mediocre”, para enfatizar
sobre Tanno que “es un idealista romántico, que por suerte son
insaciables”.
En los tramos finales de sus palabras Boasso consignó que “su afán de
perfección tórnase más centrípeto y digno, busca los caminos propicios,
aprende a salvar las asechanzas que la mediocridad le tiende”.
A continuación tuvo la oportunidad de hacer uso de la palabra Virginia
Reggiardo, quien destacó la pasión por enseñar de Tanno, “su entusiasmo,
compromiso y comprensión por los pacientes”, tras lo cual hizo hincapié
en su trayectoria desarrollada en los niveles de pregrado y posgrado”.
Reggiardo destacó en Tanno “el aporte fundamental de este distinguido
hombre de la medicina en la formación profesional de especialistas,
quien como él se destacaron a nivel internacional”.
Expuso Reggiardo las pasiones profesionales de Tanno, “quien -dijo- nos
hizo entender que los grandes proyectos no existen en soledad”.
Recordó la expositora trabajos de Tanno que implicaron “la incorporación
de una página web propia en el año 2006 y una historia clínica
centralizada en el 2004 como ejemplos de modernización en años en que no
era accesible esa tecnología en instituciones públicas”. Relató las
modernizaciones que posibilitó el profesional distinguido en el Servicio
de Gastroenterología y su habilidad para obtener fondos para remodelar
servicios médicos. “Ni su madre Irma se salvaba del mangazo”, expuso con
hilaridad Reggiardo.
En silencio la audiencia escuchó de palabras de Reggiardo, las
peripecias de Tanno y de sus colaboradores para asistir al oso Fidel,
-ya que no se contaba con especialistas en plantígrados- maltratado en
un circo que recaló en Rosario, al que finalmente no pudieron asistir
“ni en cuerpo ni en alma, ya que el oso nos miraba con cara de muy pocos
amigos. Tanno escondió en sus bolsillos las jeringas, agujas y todo el
material que traíamos. Tanno, un poco pálido y haciendo gala de un
impecable ojo clínico y su capacidad de adaptación miró fijamente al oso
y con prodigiosa seguridad afirmó: Esto del hígado seguro que no es y
decidimos retirarnos cuanto antes”.
Por el Grupo Hepatitis Rosario habló Edith Michelotti, quien destacó que
Tanno “no sólo se encuentra en la plenitud de sus funciones, acaba de
cumplir sus muy especiales 70 años”.
Resaltó la “vocación de servicio” y la lucha contra la enfermedad y el
conocimiento sobre el tema hepatitis.
Posteriormente narró cómo conoció a Tanno y sostuvo que en el
tratamiento de una hepatitis “todo fue posible gracias al sabio director
de orquesta que fue mi médico”.
Describió como el Médico Distinguido aplicaba los cinco sentidos en cada
visita y como los sentidos se reflejaban en los de la paciente.
Indicó luego que “cada tratamiento es como un verdadero traje a medida”,
destacó la transmisión de paz que genera en cada ocasión, para el
“cuerpo que es la jaula del alma”.
Asimismo mencionó que “la ciudad de Rosario se ve fortalecida de contar
con un profesional de su jerarquía”.
En representación de la Facultad de Medicina, Fay se refirió a Tanno e
indicó: “ Placer, honor, fuerte emoción siendo por las horas compartidas
Hugo en la docencia, la investigación y la asistencia de pacientes”
“Son cuatro décadas en las que trabajamos juntos”, agregó, a la vez que
destacó del profesional homenajeado “su tarea en la aplicación de la
tecnología en la década del '70”.
Historió luego la actividad del Club del Hígado como grupo identitario
de la especialidad y la trascendencia internacional que logró Tanno
instalando el concepto de la hepatología a nivel mundial.
“Hugo usa la inteligencia social en beneficio de sus pacientes. El
siempre dice que lo que hace falta es querer lo que uno hace y es así
porque nunca lo vi desconectarse. Es encontrable y eso excede a un
profesional que se brinda a sus pacientes”, apuntó Fay, quien subrayó: “
Es fiel a su pensamiento, esto es que define al hombre como una entidad
biológica, un sujeto psicosocial que acompaña la innovación cognitiva”.
Explicó también sus trabajos respecto a las hepatitis A y B y consignó
respecto a la que no era A ni B, “no sé”, en referencia a la luego
conocida como C, señaló que indicaba Tanno
“Hugo empieza con H e hígado también”, concluyó Fay.
Tanno recibió el texto legal por el que se lo declara Médico Distinguido
y Maestro de la Medicina , de parte de la vicepresidenta segunda del
Concejo, Laura Bertotto de Weskamp y del concejal Boasso; el diploma de
manos de los ediles Del Cerro y Alberto Cortés; mientras que Zamarini le
entregó una plaqueta recordatoria. La intendenta Fein, previo al acto,
fue portadora de un presente recordatorio.
Agradecimiento de Tanno
En el inicio de sus palabras Hugo Tanno sostuvo: “Seguramente fueron mis
complejos, mi estatura y la imagen que me devolvía el espejo, las
razones que alimentaron la exigencia en superarme. Se sumaba a ello un
grupo de compañeros brillantes, que generaron en mí un estímulo para una
sana y leal competencia”.
Consignó que “los años de mi cursado en Medicina coincidieron con el
esplendor de la Facultad” y en tal sentido precisó que “se vivía el
debate con respeto y orden, el dirigente estudiantil discutía contenidos
con el mejor profesor. Era la lucha por la excelencia el estandarte de
los reclamos estudiantiles”.
Describió que “esa Universidad estaba repleta de modelos, algunos de los
cuales impactaron en mi formación profesional y mi respeto por el
paciente” y en tal sentido recordó entre otros a Mario Roncoroni, Juan
Cortés, Enrique Mariani, David Staffieri, Ricardo Ercole, Juan Boretti y
Juan Picena”.
“Estoy convencido -resaltó- que el ser un buen médico es un postgrado de
ser una buena persona”.
Confesó luego que sentía un conflicto en sus sentimientos: “Por un lado
el de la alegría y agradecimiento a quienes hicieron factible esta
distinción. Por el otro preocupación y culpa, por los tantos que
merecieran más que yo recibirla quedando ocultos en el silencio que
impide verbalizar sus logros”.
Asimismo precisó que: “Se me reconoce por hacer solamente aquello que
realmente me daba placer: hacer medicina y enseñar lo que hacía.
Entiendo más que nunca que la felicidad no reside en hacer lo que uno
quiere, sino en querer lo que uno hace”.
Aludió a su relación familiar con la medicina y consideró que “tuve el
privilegio que otros no tuvieron de poder estudiar sin trabajar”.
Si bien destacó al desarrollo técnico como control de calidad de la
creencia médica expresó su preocupación “que el avance de la tecnología
haya desplazado el cultivo de la artesanía en medicina”.
Destacó también su actividad en la docencia y en tal sentido expresó:
“El placer de compartir lo aprendido debe ser tal vez la sensación más
fuerte que siente el profesor en su relación con el alumno”.
Expresó su agradecimiento a “dos amigos del alma que fueron clave en el
ejercicio de mi profesión, Oscar Fay y Roberto Villavicencio”; reconoció
a su maestro en la vida, Isaac Abecasis, agradeció a sus discípulos y le
pidió a los hijos que “me disculpen por mi ausencia en sus tiempos de
niñez, pero decirles también que me siento orgulloso al ser lo que
quería que fueran: buenas personas”.
El párrafo final fue para “María Inés, no solo mi compañera desde el
jardín de infantes, sino la pareja complementaria que hizo con su amor,
apoyo y comprensión, factible que yo esté aquí recibiendo este exagerado
reconocimiento”.
Compartieron el acto que nos ocupa, los ediles Diego Giuliano, Oscar
Greppi, Osvaldo Miatello, Alejandro Roselló, Manuel Sciutto, Viviana
Foresi, Pablo Colono y Aldo Pedro Poy.
A ello deben agregarse el secretario de Salud Pública municipal,
Leonardo Caruana; la vicedecana de la Facultad de Medicina, Lilian
Frankel; el Médico Distinguido Lázaro Gidekel; la directora del Hospital
del Centenario, Isabell Ceola; la subdirectora del referido hospital,
Lorena Argüello; el director del Hospital Escuela “Eva Perón”, Eduardo
Codino y el presidente del Grupo Oroño, Roberto Villavicencio y el
director del mismo, Carlos Lovesio.
A ellos se sumaron la escritora y Ciudadana Ilustre, Angélica
Gorosdicher; el Periodista y Escritor Distinguido, Jack Benoliel; el
secretario general de la Federación Gremial de la Industria de la Carne,
José Alberto Fantini; el presidente del Club Atlético Newell`s Old Boys,
Guillermo Lorente y el locutor Julio César Orselli, entre otros.
"Por
su labor asistencial desarrollada en el Hospital Centenario y sus aportes en la
docencia e investigación en Hepatología y Gastroenterología"
Por iniciativa del Concejal
Jorge Boasso se declaró Médico
distinguido y Maestro de la Medicina al Dr. Hugo Enrique Tanno, en
reconocimiento a su trayectoria, dedicación, esfuerzo y desarrollo personal y
profesional. El acto se llevó a cabo este mediodía en el Recinto de
Sesiones del Concejo Municipal.
“Son muchos logros los que acompañan al Dr. Hugo Tanno, y es
absolutamente meritoria la trayectoria que viene desarrollando en nuestra
ciudad, como médico y docente a lo largo de todos estos años”, expresó
Boasso.
Es por su labor
asistencial desarrollada en el Hospital Centenario, hoy día centro de
Hepatología y Gastroenterología más importante de la región. Sumado a su
desempeño como docente, en la formación y capacitación de profesionales de
la Faculta de Medicina de Rosario, en el postgrado de la carrera de
Gastroenterología; Y a la actividad de investigación, que se
declara a Hugo Tanno Médico Distinguido y Maestro de la Medicina.