Se aprobó el proyecto del Concejal Jorge Rosario Boasso para que se invite a la comisión de Derechos Humanos a los directivos del club Adiur y a los representantes de la Dirección del Deporte. La iniciativa fue acompañada por la Concejala María Eugenia Schmuck.
Se aprobó el proyecto del Concejal Jorge Rosario Boasso para que se invite a la comisión de Derechos Humanos a los directivos del club Adiur y a los representantes de la Dirección del Deporte. La iniciativa fue acompañada por la Concejala María Eugenia Schmuck.
“En la misma se trabajará
sobre las prácticas del deporte amateur y se conversará sobre las problemáticas
particulares que presenta la actividad”, explicó Boasso.
La iniciativa fue motivada
por la denuncia de público conocimiento, donde varios padres de chicos de siete
años expresaron su enojo con el club adiur, tras enterarse que sus hijos
quedarían apartados para la próxima temporada.
Según expresaron los padres:
“existen compromisos contractuales con el club extranjero Villarreal, y esto
sería lo que dejó de lado la función social del club para convertirse sólo en
un rédito económico”. Y en una carta enviada a los Medios sentenciaron: “…No
todos los chicos quieren triunfar en este deporte, algunos solamente quieren
aprender a jugar, divertirse y vivir la niñez”.
La relación de los niños con el fútbol a través de
los clubes en ocasiones puede tornarse despiadada. En líneas generales
no abundan las entidades de Rosario a las que realmente los chicos
concurren a aprender a jugar al fútbol y a divertirse, olvidándose del
resultado y las presiones por ganar que publicó el diario La Capital.
Una situación particular es la que
se vive en el club Adiur, según denunciaron ayer algunos padres.
Justamente esta institución mantiene un convenio con Villarreal de
España. Lo llamativo es que las criaturas de 7 años ya entren en la
vorágine de la competitividad absoluta para mantener su lugar en el
plantel, cuando los clubes de barrio deberían tener un rol social de
formación y contención de los pibes que quieren patear una pelota.
En diálogo con el programa radial El Club, de
FM Meridiano (107.1), un papá contó las peripecias que vivió su pequeño
hijo en la entidad del Viaducto.
"Mi hijo empezó a jugar a fines del año pasado en
Adiur y este año integró la categoría 2006. Jugaba regularmente como
todos los chicos, estaba conforme con el entrenamiento y la contención
que tenía. Hasta que a mitad de año llegó una persona de España, miembro
de Villarreal.
Empezaron movimientos con jugadores que venían de
afuera, que no eran del plantel, que practicaban pero no jugaban los
sábados. Hasta que hace unos diez días nos comunicaron que varios chicos
no serían tenidos en cuenta (entre 7 y 8) por una cuestión de
rendimiento. Me parece que acá hay una cuestión de Adiur, que está
dejando un poco de lado su función de club de barrio para convertirse en
un comercio. También está la bajeza del club de España, que viene a
caranchear a la ciudad de Rosario para formar profesionales y no
personas", relató con claridad Gabriel.
"Mi hijo tiene 7 años, es arquero, y cuando le
comunicaron que no sería tenido en cuenta lo subí al auto y le dije que
lo habían pedido de otro club y se quedó muy conforme. Se puso contento
porque sintió que era un progreso", siguió el papá, que tuvo que armar
esa historia para no herir todavía más el sentimiento del niño de no ver
más a sus compañeros.
"El dolor que tengo es porque veo que hay una trampa
bastante oscura en la formación de chicos de parte de Villarreal",
aseveró.
Y agregó: "Quería que mi hijo se forme con chicos en un club
donde se divierta, que aprenda un deporte y que viva sus 7 años con
alegría. Posiblemente esto seguirá pasando. Y vale la pena que los
padres antes de tomar la decisión de llevar a sus hijos sepan dónde y lo
que les puede pasar". En tanto, en radio Universidad hubo relatos
similares al de Gabriel.
Sin dudas que el lema que pregona la Asociación
Rosarina de formar a los chicos en el deporte y la idea a la que adhiere
la Municipalidad de Rosario, de que "todos juegan", en este caso, como
en muchos otros, lamentablemente parece no cumplirse.