Lamentable. "La Mole” fue descalificado y el informe del fiscal será presentado oficialmente mañana.
Si esta pelea por el título argentino habrá de recordarse será por el escándalo mayúsculo que generaron Moli, su hijo Leonardo, de 18 años, y algunos de sus colaboradores peleándose contra el boxeador César Acevedo e integrantes de la barra brava del equipo local quienes, ante la ínfima vigilancia policial, tomaron el control de los estacionamientos, los puestos de venta de comidas y bebidas y el acceso al gimnasio.
¿Qué pasará luego de semejante bochorno? ¿Llegó a su triste fin, la polémica carrera de la Mole? ¿Será sancionado por la Federación Argentina de Box? ¿O volverá para recuperar una vez más su corona nacional? El informe de Roberto Rilo, el fiscal designado por la FAB, será presentado oficialmente mañana y se lo anticipa durísimo con el comportamiento de Moli. Sus antecedentes lo condenan: en 2000 fue inhabilitado por seis meses y despojado del título argentino por haber pateado a Walter Masseroni cuando también estaba caído.
En este caso, hay un agravante: la Mole bajó del ring para agredir a Acevedo, quien se había tomado a golpes de puño con su hijo. Mientras tanto, Leandro Randolini, el anunciador de la velada, lo exhortaba a volver al cuadrilátero. “Mole, hay chicos” gritó dramáticamente Randolini con su potente vozarrón. Ya por entonces, los cables del sistema de audio habían sido arrancados por la feroz pelea.
Sea cual fuere la resolución, el viernes por la noche quedó muy claro que boxísticamente, “la Mole” está terminado o poco menos. En verdad se lo sabía desde hacía rato. Pero ahora lo ratificó. En el primer round, Vidondo le dio una paliza que obligó al árbitro Rodolfo Stella a darle una cuenta de protección. Y en el 3° y 4° sufrió sendas caídas.
Sin embargo, en el 5°, a fuerza de corazón y buenas manos ascendentes, pasó a dominar y se puso cerca de la victoria. Hasta que en ese mismo momento, como tantas otras veces en su tumultuosa carrera, el boxeo le cedió paso a la vergüenza.
Fuente: Daniel Guiñazú - La Voz del Interior