“LO DE MI HIJO NO FUE ACCIDENTE”
Querido Santi, querido hijo:
Escribo estas líneas con todo el dolor y angustia de padre. Estoy abatido. Honestamente, me da mucha bronca tu pronta partida. Tenías tantos proyectos, que ahora quedaron truncos. Con tantos delincuentes dando vueltas, te toca a vos y eso es una injusticia. No te tendremos desde lo físico, pero estás en nuestros corazones. Ahora nos queda el consuelo de tu eterna sonrisa mientras escucho que me decís: “Pa, ¿cómo estás?” Pasan las semanas y vamos procesando todas las enseñanzas que nos deja este episodio de la vida.
En estos días de tanto dolor hemos descubierto personas maravillosas: amigos, colegas, vecinos. Nos permitieron afrontar este dolor de la mejor manera posible. Agradezco a todas las personas que se preocuparon por vos, a los que te buscaron y nos apoyaron a la distancia. A quienes te lloraron como un hijo más. A los bomberos, gendarmes, policías, personal del CEMAR, funcionarios de la Municipalidad de Rosario, Gobernación de Santa Fe, al personal judicial y al escuadrón de jóvenes que llegaron con toda la ilusión de encontrarte.
Este triste acontecimiento nos demuestra, una vez más, el grado de solidaridad del pueblo argentino. Sin embargo, no me deja conforme. Cincuenta y un muertos en la tragedia de Once. Otros tantos en la inundación de La Plata. Víctimas del delito todos los días. 21 muertos en la explosión de Rosario. No quiero asignar intencionalidad política, pero lo que pasó no fue un accidente. Mi hijo tampoco murió en una catástrofe natural. Fue un homicidio múltiple. Esas 21 personas no fallecieron: las mataron.
Señora Presidente, me senté el miércoles frente al televisor con la ilusión de escuchar alguna mención de la tragedia y me encontré con la sorpresa de que desea “jugar en primera, con los titulares de los equipos y no con los suplentes”, desconociendo a todos los que no piensan como usted. Quisiera saber cuál es el modelo que desea profundizar, cuál es el “país de las maravillas” que dice presidir.
En ese país hubo una explosión que me quitó a mi hijo. Pero no, usted no dijo nada. Entonces, Santi, quiero decirte que yo lucharé incansablemente para brindarle a tu hermana un país mejor. Y voy a hacerlo en tu memoria.
Carlos Alberto Laguía
laguiacar@gmail.com
