"No tienes nada pendiente en esta corte. Te puedes ir". Con estas palabras de la jueza de Florida Debra S. Nelson comenzaba la nueva vida de George Zimmerman, el vigilante voluntario de un conjunto residencial en Florida (Estados Unidos) acusado de matar al adolescente negro de 17 años Trayvon Martin.
Las seis mujeres que componían el jurado de su caso determinaron que no había evidencias suficientes que contradijeran el argumento de defensa propia esgrimido por Zimmerman al justificar por qué disparó y mató en febrero de 2012 a Martin cuando lo interceptó mientras caminaba por su vecindario, rumbo a la casa de la novia de su padre.Por eso, tras conocer el veredicto, miles de personas salieron a las calles en diferentes ciudades para exigir que la justicia sea igual para todos.
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Y pese a la absolución en el juzgado de Florida, Zimmerman todavía podría tener que someterse a un juicio civil o a un proceso a nivel federal por derechos civiles. Y sobre todo deberá enfrentarse al rechazo público e incluso al odio a su figura.
"Quieren tomarse la justicia por su cuenta"
"Hay facciones, grupos, gente que quiere tomarse la justicia por su cuenta (...) No respetarán el veredicto sin importar cómo fue alcanzado y será siempre una amenaza presente para George y su familia", añadió el hermano.
Indemnizar a un "inocente condenado"
Vázquez fue condenada por un jurado popular por la muerte de la joven Rocío Wanninkhof cerca de la localidad malagueña de Mijas en 1999.
La mujer pasó más de 500 días en la cárcel por un asesinato por el que finalmente fue condenado un ciudadano británico.
Pero la salida de la cárcel no significó el fin de la condena para Vázquez que, según explicó recientemente en una conferencia en la que participó como ponente, tuvo que enfrentarse a la ira de los ciudadanos.
La mujer no pudo rehacer su vida en España y acabó yéndose a vivir al Reino Unido.
En enero de 2008, el Ministerio de Justicia español reconoció que Dolores Vázquez fue víctima de un error que le hizo ser condenada erróneamente y le ofreció una indemnización de 120.000 euros (unos US$158.000), frente a los cuatro millones que ella pedía.
"Para mí no ha terminado la lucha", dijo Vázquez en esa ponencia este año, 14 después de la muerte por la que fue acusada.
"No es tanto la reclamación económica. Es más que se demuestre a la sociedad española que soy totalmente inocente", sostuvo. "Todavía estoy esperando a que alguien me pida perdón".
Teniendo en cuenta casos similares, la seguridad de este joven de 29 años y recién casado estará limitada. También tendrá posiblemente dificultades para encontrar empleo, apuntan los expertos.
De hecho, ya en agosto de 2012 antes de que Zimmerman entrara a la cárcel, uno de sus abogados Mark O'Mara, dijo que en las seis semanas que pasaron desde la muerte de Trayvon Martin hasta que fue enviado a prisión, tanto él como su mujer Shellie vivían como ermitaños y dejaron de trabajar porque temían por su seguridad.
¿Y ahora qué?
Una buena decisión, a juzgar por los consejos que los expertos le dan a George Zimmerman, de 29 años, si quiere rehacer su vida.
"Tiene que hacer tres cosas para reencaminar su vida: retirarse, reflexionar y sanar las heridas", le dice a BBC Mundo el psicólogo especialista en criminología Michael Mantell quien recomienda a Zimmerman y a su familia "alejarse del miedo" tras las amenazas que han recibido.
"Hay gente que grita para pedir justicia y contra el racismo y que cree que lo mejor es matar a George Zimmerman. Nunca he oído nada más intolerable e inapropiado que eso. Eso no trae justicia, sólo más violencia", opina.
Además, opina el psicólogo, también deberá dejar de lado la idea que tenía antes del enfrentamiento con Trayvon Martin de convertirse en oficial de policía porque es difícil que a partir de ahora se le vea como alguien "justo y objetivo".
Quizás el propio Zimmerman ya se ha quitado esa idea de la cabeza a juzgar por lo que dijo una amiga suya en declaraciones a la agencia Reuters. Según Leanne Benjamin, al exvigilantes de seguridad le gustaría estudiar Derecho para "ayudar a gente en su misma situación".
Lo que Zimmerman puede aprender de Casey Anthony
En todo "su vida no será nunca igual pero puede ser mejor que ahora", agrega Mantell."Casey Anthony, O.J. Simpson, (...) se salieron de la vida pública temporalmente. Pero todos volverán", apunta Mantell.
En el caso de Casey Anthony, la joven todavía permanece lejos de la vida pública y recientemente se presentó ante un juez por una demanda civil en la que dijo que vivía gracias a las donaciones de sus amigos.
"Casey todavía tiene que vivir aislada y en secreto. No puede salir a la vida pública. Todavía hay idiotas ahí fuera que quieren hacerle daño, así como todavía hay otros que de vez en cuando nos amenazan a mi y a mi familia porque ganamos", afirmó en declaraciones a CNN J. Cheney Mason, exabogado de la joven.
Según Mason, Anthony "quiere seguir adelante con su vida", si bien todavía le toca esperar. "La auténtica pregunta es cúando y cómo. Ahora no puede salir en público. Ya han pasado dos años".
Mantell es optimista y recuerda que la "memoria del público es relativamente corta" y que eso le ayudará a rehacer su vida.
"Lo que hemos visto en otros casos es perdón y que la gente convierte sus vidas en algo positivo y que los estadounidenses pueden realmente quiénes son. Pero eso tomará tiempo", concluye.