Pre candidato a Diputado Nac. Pcia. Bs. As.
El
presidente de Boca entra al campo de juego y con altavoces -para que escuchen
todos- interpela al árbitro: “¿Vivimos en
democracia?”. “Sí” - Contesta el
árbitro sorprendido; Ante el titubeo del hombre vestido de negro el presiente
lo increpa: “Entonces ¿Por qué se apresta
a terminar un partido cuando el pueblo que desborda las tribunas quiere que
continúe?”. “Bueno –responde el
referí- porque así lo indica el
reglamento, son las reglas de juego.” “Pero
acaso –insiste el presidente- por
sobre las mismísimas reglas del juego ¿no está la Soberanía Popular?” “Claro” –responde el árbitro confundido- “Entonces”, dice el presidente, “¡Qué levanten la mano quienes quieren 30
minutos más de juego!” La ovación deja atónitos al árbitro y también a los
jugadores visitantes que se aprestaban a festejar un triunfo histórico.
Cuando
el procedimiento es exprés, a toda velocidad y sin debate; no se trata de
Democratizar. Se trata de invadir, colonizar, subordinar desde el Poder Ejecutivo
un Poder Judicial que no le responde de manera automática. Soy testigo de la
genuflexión con la que la mayoría de los diputados del oficialismo actúa frente
a los proyectos enviados por el Ejecutivo.
En muchos casos “no se les puede
tocar ni una coma”, aunque estén mal redactados. Mejor actitud sería
involucrarse en los temas y realizar aportes para que los proyectos surjan
perfeccionados. Pero no, bajo la excusa que “tienen que gobernar y acompañar”,
asumen la actitud de levanta-manos omitiendo que son representantes del Pueblo
y que en nada dañarían a su gobierno con una intervención laboriosa y creativa.
Ahora el Ejecutivo quiere la misma actitud del Judicial. Incluso por sobre la
Constitución.
No
creo que lo hagan con mala intención. Creo que interpretan que tienen la
legitimidad popular y que poderes corporativos no los dejan actuar con
eficiencia. Y para lograrla tienen que barrer con todo tipo de obstáculo. Lo
que no están viendo, a mi modesto entender, es que avanzan sin cortapisa hacia
la ecuación de “la suma del Poder público” y eso en sí mismo
es reaccionario.
Pertenece a una época de sociedades más simples, donde se
atribuía a pocos individuos capacidades sobresalientes y donde los caudillos
tenían la centralidad del Poder con las deficiencias que esto imponía en todos
los aspectos. Algunos de los que alientan este retroceso son afectos a las
peores experiencias autoritarias extranjeras y nativas. Y no pueden ver el
error en el que se encuentran.
Después
de 30 años de haber recuperado la Democracia, el mínimo común denominador que
debería unirnos, más allá de diferencias, es el respeto por las reglas de
juego. En nuestro caso la Constitución o las leyes electorales. Cuando se
insiste en violarla o cambiarlas para perpetuarse en el Poder se alienta la
rebelión popular. Y la historia, en este sentido, ya nos ha dado suficientes
lecciones.
Pre candidato a Diputado Nac. Pcia. Bs. As.