Humberto Tumini |
Desde hace ya diez días asistimos a una sistemática
operatoria del gobierno nacional y el kirchnerismo santafesino, orientada a
desprestigiar a Antonio Bonfatti y por sobre todo a Hermes Binner. Tomándose de
escuchas telefónicas y un mensaje de texto en una causa federal por narcotráfico
de hace mas de un año -de la que no informaron al gobierno provincial-, que
supuestamente involucrarían al jefe de policía, lanzaron una ofensiva buscando,
de todas las maneras posibles, demostrar la ineficiencia en el combate al
comercio de drogas de parte de aquellos.
Hasta un grotesco circo hicieron Agustín Rossi y los
diputados nacionales justicialistas, levantándose de una reunión de trabajo
convocada por el gobernador santafesino, porque no entraba también la prensa. No
se ha visto por cierto a estos mismos dirigentes, empezando por el mencionado
Rossi, levantarse e irse de las innumerables convocatorias de la presidente
Cristina Kirchner donde tiene vedado el ingreso la prensa, entre otras cosas
porque no van a responder pregunta alguna. Costumbre muy K.
Verdaderamente ofende la inteligencia, si uno no
supiera de la agresividad y el sistemático doble discurso de los dirigentes
oficialistas, que un gobierno que en el transcurso de los nueve años y medio que
lleva ninguna batalla seria ha llevado contra el narcotráfico, pretenda
convertirse ahora en fiscal al respecto. No se radarizó el norte del país
desoyendo todas las advertencias al respecto de los especialistas, las fronteras
son un queso gruyere para el tránsito de drogas, no hay ningún narcotraficante
importante en la cárcel, sino que estas están pobladas de jóvenes consumidores.
Notablemente salió de Ezeiza un avión -manejado por personas no ajenas al poder
político como los hermanos Juliá- con una tonelada de cocaína; y se vive un
proceso creciente de favelización en el conurbano bonaerense, en una provincia
gobernada por un aliado y en municipios con intendentes también alineados con la
Casa Rosada.
Un gobierno sobre el que, además, recaen sobradas
sospechas de haber tenido financiamiento a su campaña presidencial del 2007, de
laboratorios acusados de estar vinculados al tráfico de efedrina, y al crimen de
los tres empresarios en General Rodriguez; asesinatos por el que están presos y
procesados los hermanos Lanatta, de vínculos con el director del Renar de ese
entonces, Andrés Meizner, persona a su vez relacionada al entonces Jefe de
Gabinete Aníbal Fernández. Administración nacional, además, que tenía de
secretario del Sedronar a José Granero, al que le encontraron un kilo de cocaína
en una camioneta a su cargo.
Es un gobierno con estos antecedentes, en lo
que a narcotráfico refiere, el que lanza semejante campaña de desprestigio.
Utilizando para ello información de inteligencia, la pléyade de medios
de comunicación que hoy controla, y descaradas mentiras sin ningún prurito.
Que además, graciosamente, retiró la Gendarmería de las rutas nacionales
que pasan por Santa Fe, sospechadas de ser por dónde entra la droga al país que
ingresa de la frontera norte.
Pocas demostraciones mas acabadas de lo repudiable del
accionar político que tienen con quienes se le oponen, que esta conducta del
gobierno nacional. No existen los límites, todo vale, esa es la cultura
política que pretenden presentar como natural a la sociedad argentina. Nuestro
mas absoluto repudio.
HUMBERTO TUMINI
MOVIMIENTO LIBRES DEL SUR-FRENTE AMPLIO PROGRESISTA