Las gobernaciones argentinas se enfrentan a la posibilidad de tener que pagar salarios y deudas en cuotas.
por Natasha Niebieskiwiat / La tercera (Chile)
Después de que pague sus intereses de la deuda externa, el déficit financiero argentino podría trepar este año a más de US$ 12.000 millones, un 75% más de lo que fue en 2011.
Y si a ello se le suma el déficit de más de US$ 6.500 millones que tendrán las provincias, ese total representará más del 3% del PIB. Si en Argentina las cuentas públicas comienzan a estar al rojo vivo, coinciden numerosos especialistas, por factores ajenos y también internos, son las provincias las que más están sufriendo, al punto de protagonizar desde hechos dramáticos como el de Buenos Aires y Santa Cruz, a insólitos como el de Bialet Massé. El alcalde de esa pequeña comuna de la provincia de Córdoba reveló la última semana que apeló al ingenio para resolver sus problemas. Paga los salarios de los empleados públicos por sorteo, y la prioridad la tiene literalmente el ganador. La crisis financiera del pueblo hizo estragos en las arcas públicas, luego de meses sin recibir los fondos que debe girarle la nación por el llamado sistema de “coparticipación federal”, que distribuye lo recaudado por impuestos, y también porque no pudo recaudar a través del sistema impositivo local.
Otro caso: más allá del permanente enfrentamiento político entre Cristina Kirchner y el opositor jefe del gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, Mauricio Macri, la semana pasada el gobierno nacional también dejó sin iluminación a emblemáticos sitios públicos de la capital -como el Obelisco- porque Macri no pudo pagar sus cuentas de luz. El arreglo que devolvió la energía eléctrica a los espacios públicos fue un compromiso del alcalde a pagar en cuotas lo adeudado.
Otro conflicto latente que tiene un aspecto político y otro económico es el del gobernador bonaerense Daniel Scioli, a quien finalmente Cristina le giró fondos para pagar aguinaldos adeudados a los trabajadores de la administración provincial, que a su vez cercaron a Scioli con sus amenazas de hacerle más paros de los que ya han efectuado. La mandataria primero había aplicado una política de total estrangulamiento a Scioli -a quien primero negó el salvataje financiero- luego de que el ex motonauta expresara su deseo de candidatearse a Presidente en 2015, y con ello su alejamiento no reconocido del corazón kirchnerista.
Hoy, las gobernaciones argentinas se enfrentan a la posibilidad de tener que pagar salarios y deudas en cuotas; algunas no renuevan los contratos de los trabajadores temporarios; otras suspenden las obras públicas previstas, y retrasan los pagos a los proveedores del Estado. Algunas, como Córdoba y Santa Fe, encaran un aumento de impuestos.
Son varias las provincias que pueden complicar al gobierno de Cristina K, cuyo círculo ha dado señales de querer reformar la Constitución para que se pueda perpetuar en el poder por un tercer período. Y Buenos Aires, Córdoba, Santa Fe y la Capital, son las que definen más del 50% del gasto provincial argentino.