Se fue un grande: murió el músico y compositor uruguayo Osvaldo Fatorusso

Osvaldo Fatorusso, músico uruguayo de rock, fusión de jazz, candombe y ritmos latinoamericanos de las décadas del `60 y `70, falleció este domingo en Montevideo a los 64 años víctima de cáncer.



Integrante de una familia artística de enorme influencia en la música rioplatense y dueño de un talento que asomó desde niño cuando comenzó a pisar los escenarios, Osvaldo integró formaciones fundamentales de la música popular de su país como Los Shakers y Opa.

En esos grupos, el batero y también guitarrista contó con el aporte de su hermano, el excepcional pianista, guitarrista y cantante Hugo Fattoruso, con quien conformó un tándem inquieto, prolífico y audaz.

Los alcances de esa propuesta sanguínea parida de una personal y exquisita manera de cruzar el jazz, el rock, el candombe y la milonga, hizo que su toque trascendiera las fronteras uruguayas para contaminar de inspiración los oídos atentos de músicos y oyentes de toda Iberoamérica.

Osvaldo, que nació el 12 de mayo de 1948 en Montevideo, debutó con apenas 8 años tocando la batería en el Trío Fattoruso que lideraba su padre Antonio Fattoruso y donde también se desempeñaba Hugo, cinco años mayor que él.

Hacia 1961 se integró junto a su hermano a la banda de dixieland The Hot Blowers, por la cual pasaron otros músicos como Rubén Rada, Federico García Vigil, Paco Mañosa, Morís Pardo, Ringo Thielman, Tomás "Chocho" Paolini, Guillermo Facal, Moisés Rouso, Ramón "Bebe" Alfonso, Enrique "Pelo" de Boni, Daniel Lencina y hasta el también actor Cacho de la Cruz. El conjunto logró editar tres simples y hasta concretó una extensa gira por Chile.

Pero el gran paso lo concretó hacia mediados de la década del 60 cuando también con Hugo (guitarra y voz), Roberto Capobianco (bajo) y Carlos Villa (batería), dio forma a la agrupación de inspiración beatle Los Shakers.

El cuarteto encaraba impecables covers de Los Beatles, pero su máximo hit fue "Rompan todo", un tema propio cantado en inglés y parte insalvable de un repertorio que fue conocido en otras latitudes y con el que a nivel local concretaba un promedio de 15 shows por semana.

La leyenda que forma parte de los orígenes del rock en esta parte del mundo, cuenta que los sábados Los Shakers llegaban a tocar en cinco clubes diferentes, a tal punto que tenían dos juegos de instrumentos, para ir ganando tiempo y montar el set en el próximo lugar a tocar.

El suceso no mareó a los hermanos ni detuvo sus búsquedas, por lo que en 1969, tras la publicación de "La conferencia secreta del Toto`s Bar", considerado el álbum cumbre de Los Shakers, editaron "La Bossa Nova de Hugo y Osvaldo" con marcadas influencias brasileñas, y se instalaron en los Estados Unidos.

Lejos del terruño pero con la sensibilidad a flor de piel, los “Fatto” sumaron al bajista Ringo Thielmann y, más tarde, a Ruben Rada, para plasmar una venerada fusión de rock, jazz, candombe y ritmos  cubanos y brasileños.

El descomunal trabajo quedó plasmado en placas como “Goldenwings” (1976), “Magic Time” (1977) y “Otroshakers” (1981) y ya en los albores de la década del 80 Osvaldo retornó a Uruguay y más tarde se radicó  en Buenos Aires donde tocó, además de con Rada, con Litto Nebbia, Luis Alberto Spinetta, Alejandro Lerner, León Gieco y Fito Páez, entre más.

En otra vuelta a Uruguay, se unió con su pareja, la compositora y cantante Mariana Ingold, para publicar el precioso “El Disco Kid” (1991) y, más tarde, se involucraron fuertemente en el candombe participando en la comparsa de negros y lubolos y dando forma a otros siete álbumes compartidos.

En 2000, los hermanos Hugo y Osvaldo recrearon aquel fundacional y familiar Trío Fattoruso, ahora con Francisco (hijo de Hugo) como bajista, formación desde la que surgieron dos nuevos títulos a la imponente galería musical.

Como parte de ese viaje al pasado y de una indómita personalidad, los hermanos Fattoruso también propiciaron hacia 2005 el regreso de Los Shakers luego de 37 años y grabaron "Bonus tracks" en los estudios Circo Beat de Buenos Aires.

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