Comprar ahora, pagar después

El uso del crédito como forma de pago aumentó. Tarjetas y libretas de almacén permiten adelantar compras y mantener gastos fijos. Por la inflación hay tentación a gastar más 
  
 

Terreno Digital
Comprar y dividir el pago en varios meses, se está convirtiendo por necesidad o por negocio, en una forma más habitual de consumo argentino. Las modalidades son muchas, desde la tradicional libreta del almacén que permite pagar el próximo mes, hasta muy variadas tarjetas de crédito con promociones, financiaciones extendidas y hasta descuentos. Desde el sector financiero se explicó que la financiación de tarjetas permite gastar a los argentinos un 30% más todos los meses y permitir “llegar a fin de mes” a muchas familias. Economistas apuntan a que con la inflación actual y la imposibilidad de ahorrar, “quedarse en pesos” no es una opción y se prefiere el endeudamiento con los plásticos. Comerciantes reconocen que la forma de pago con crédito es cada vez más importante en su venta mensual y permite a mucha gente acceder a electrodomésticos que antes eran inaccesibles. Por otra parte desde el sector supermercadista se recordó que las “promociones” de los plásticos muchas veces se vuelven “pesadas cargas” para consumidores como para pequeños comercios.

El momento de las tarjetas
“En este momento sale mucho más barato comprar con tarjetas de crédito que tienen realmente beneficios que comprar de contado”, definió Carlos D'Orazi, propietario de los locales D'Orazi Márquez de venta de electrodomésticos en Misiones.
El comerciante relató en casos puntuales donde se ven las mayores ventajas y donde las tarjetas se destacan por ofrecer descuentos específicos. “Nos encontramos con una realidad que en el Paraguay están tomando el peso (en relación al dólar) a $7,10, entonces hoy cualquier artículo de electrónica está igualado en precio o un 15% por debajo. Con esta cotización hoy hay equipos Sony en LCD más o menos entre 80 y 150 pesos más barato que en Paraguay”.
En relación a las ofertas que ofrecen las tarjetas para promocionar ventas, se explicó que los consumidores están muy atentos y resuelven su adquisición en base a que puedan aprovechar una promoción.
“Hoy la gente espera el día de la promoción de la tarjeta. No compra nada que no esté en promoción, la gente no es tonta, ha tomado conciencia que la promoción debe existir y debe ser real”, remarcó D'Orazi.
Y explicó que pese a los anuncios de financiación extendida, los consumidores tratan de comprar en lo posible, en menos cuotas. “Se busca un punto intermedio en la financiación, porque si bien es beneficioso en materia inflacionaria, por otro lado puede ser una carga para el consumidor, que se queda atado a una cuenta que le impide hacer otras compras restringidas por su límite de crédito”.

Jubilados tarjetean más
Entre el novedoso y creciente público que compra con tarjeta, se destacan los jubilados, que están accediendo a más plásticos para financiar sus consumos. Para D'Orazi el acceso con un crédito mucho más económico y blanqueado, representa un gran avance para permitir el consumo a los adultos mayores.
“También estamos trabajando con la tarjeta Argenta (de la Anses) que va a ser una tabla de salvación para todo aquel jubilado, ya que los exime de toda la barbaridad de cobros que le cobraban las financieras que estaban por encima del 7% mensual”.
Ejemplificó que con la novedosa tarjeta, lanzada a inicios de este mes por la Presidente Cristina Kirchner, “Acá llega una persona vé el precio de la vidriera y puede llevarse su electrodoméstico hasta en 40 cuotas (según permita la Anses) y terminará pagando el producto al precio real. De otro modo, hasta no hace mucho, el jubilado terminaba pagando hasta siete veces el producto que compraba. Por citar casos un jubilado que sacaba en crédito para una heladera terminaba pagando tres o cuatro”, recordó el comerciante. 


Pagar de todo con los plásticos
Más posibilidades de comprar en el barrio. | El mercado de Mirta Báez acepta libreta a 30 días, pago con tarjeta y en cuotas y los tickets de los planes sociales. | Foto: Marcos Otaño

 La empresa Visa, una de las mayores emisoras de tarjetas de crédito, destacó entre sus últimos servicios la posibilidad de pagar algunos servicios públicos. Esto es posible a través de un servicio que se llama SPV (Servicios de Pago Visa) que consiste en pagar las facturas con tarjeta de crédito a través de la web de la compañía. A diferencia con otros servicios, el SPV permite pagar con tarjeta de crédito y financiar el importe en una o más cuotas fijas.
Por otra parte se destacó a El Territorio, que las tarjetas que trabajan junto a Visa permiten a más consumidores ampliar su red de compras con más comercios asociados en diversos países (29 millones en el mundo y 400 mil en Argentina).
Por otra parte se recordó la conveniencia del Plan V que ofrece a los socios la posibilidad de abonar en cuotas fijas el resumen de cuenta o cualquiera de los consumos realizados en un pago eligiendo el plazo más conveniente.


Opinión
Tarjetas amplían límites
En nuestro país existen 34 millones de tarjetas para 40 millones de habitantes. (85 cada cien habitantes) El caso más llamativo es el de una tarjeta que se originó en el interior del país que ya cuenta con más de 2 millones de clientes, con lo que el crecimiento de su cartera de clientes es actualmente de unas 20 tarjetas por día superando resultados del año anterior.
Es notorio el consumo por esta vía, sobre todo por las amplias ofertas que ofrecen las casas comercializadoras de electrodomésticos y la liquidez remanente en bancos para hacer más agresiva su política de crédito al consumo.
Por otra parte las mismas grandes superficies comerciales tienen sus propias marcas de tarjeta  y promociones por día que permiten acceder aún a un financiamiento que no es barato, sin embargo, ante la imposibilidad de atesorar en moneda externa, la posición de quedarse en pesos no es una opción aceptable por el agente económico y ello lo torna independiente del deslizamiento de precios o tasa por financiación.
Pero hay otro segmento social que también debe ser observado.  Desde que se instalaron las restricciones cambiarias el total financiado por este medio se incrementó un 85%, de esta manera se puede asumir que los tenedores adeudan al sistema financiero un total de u$s 379 millones, superando incluso los registros de enero (período vacacional estival). Es más en  mayo el consumo total fuera del país con tarjeta ascendió a unos u$s 200 millones, duplicando el registro frente al mismo mes de 2011.
Otra situación llamativa es que hace unos años  las ofertas y propuestas para ampliar los límites de compra provenían de los bancos y las empresas emisoras de tarjetas, en la actualidad son los propios tenedores de tarjetas los que lo solicitan y esto es atribuible a las limitaciones impuestas por la Afip y el Banco Central para acceder al mercado de cambios  y es un hecho abarcativo que incluye tanto a los poseedores de tarjetas comunes como de quienes poseen “Premium” (tarjetas Black).

Enrique Dentice
Economista Senior Escuela de Economía y Negocios Unsam


Todavía manda el pago contado
Un 34 % de las ventas de junio se realizó con tarjetas de crédito según el último informe de la Cámara de Comercio e Industria de Posadas (CCIP). La entidad que nuclea al comercio local precisó que el pasado mes el 63% de los comercios consultados dijo que cobraron sus ventas en efectivo, el 34% lo hizo mediante tarjeta de crédito, en cuotas el 2% y en débito el 1%.


Financiación: un arma de doble filo
Fernando Aguirre, vocero de la Cámara Argentina de Supermercados (Cas) recordó que el costo del crédito sigue siendo caro para pequeños comercios

POSADAS.  Tras las facilidades de las compras con tarjetas de crédito también se encuentran exigencias para consumidores y comercios, que en ocasiones terminan generando conflictos. Así lo rescató Fernando Aguirre, vocero de la Cámara Argentina de Supermercados (Cas) y la Federación Argentina de Supermercados y Autoservicios (Fasa), en una respuesta a las consultas acercadas por este medio.
“Las compras financiadas con tarjetas de crédito pueden ser un arma de doble filo para los consumidores que luego se ven atrapados en una maraña financiera de la que les resulta muy difícil salir.
En situaciones especiales pueden resultar una buena ayuda, pero si se convierten en un recurso habitual los costos finales, entre intereses y gastos (visibles y ocultos) se convierten en una pesada carga para los consumidores, especialmente para los de menores recursos.
Para los comercios suelen ser una forma muy efectiva de captar clientes, con publicidades que a veces resultan engañosas. Los comercios medianos y pequeños no suelen apelar a esta herramienta en la medida que si lo hacen las grandes cadenas, que invierten cuantiosas sumas en publicidad masiva, promocionando planes que les permiten atraer a un público ávido de ofertas, pero que difícilmente se tomen el trabajo de hacer la cuenta para saber cual ha sido el costo real de sus compras. Por otro lado, el costo de esa operatoria es muy alto para el comercio, a partir de las elevadas comisiones que cobran las compañías administradoras de las tarjetas. Ese costo tiene que ser trasladado al cliente por el comercio, si es que quiere operar con una ganancia normal”, explicó el directivo.
Por otra parte, en referencia al crecimiento en el uso del plástico como forma de pago en comercios consideró que “Fue una herramienta muy utilizada en los últimos años, pero en tiempos recientes ha venido mermando el empleo de ese recurso. Se había llegado a situaciones difíciles de sostener por una competencia feroz en la que los comercios operaban en muchos casos a perdida con tal de quitarle clientes a su competencia. En esa pelea desigual, los más perjudicados resultaban ser los comercios más pequeños”.
Agregó en referencia a los plazos de financiación solicitados en las compras que “la demanda está acusando una cierta desaceleración, los plazos se mantienen estables o se achican. Quienes fijan ese tipo de estrategias no son los comercios, sino las compañías de tarjetas de crédito, las que enfocan este negocio desde un punto de vista estrictamente financiero y en épocas de alta inflación, como la actual, el riesgo de operar con muchas cuotas es realmente muy elevado”.


Mañas del oficio. | Oscar Sánchez dijo que la experiencia le ayuda a saber si una persona será responsable con el pago.

El fiado, un contrato de confianza que mueve la economía en los barrios
Comerciantes aseguran que este año reciben todos los días solicitudes para abrir una cuenta corriente, indicaron que el encarecimiento de los precios resta ganancias pero mantiene el nivel de ventas en los pequeños negocios

Posadas. Como contracara de la tercerización del cobro de deudas con grandes costos para el consumidor, en la economía menor sobrevive el fiado, una práctica basada en la confianza y que no aplica intereses sobre el precio final.
La vigencia de la venta por libreta se constata en los mercados de barrios, donde los comerciantes palpan las consecuencias del encarecimiento de los productos básicos y la desactualización de los salarios, cuando reciben casi a diario solicitudes de abastecimiento a cuenta.
La precaria situación económica en las familias trabajadoras posadeñas hace del fiado una tendencia creciente, que según un relevamiento encarado por El Territorio entre almaceneros y clientes, lleva beneficios a las dos partes y motoriza la pequeña economía.
Otro dato que surge de la muestra, es que el gasto promedio para la adquisición de productos de primera necesidad es de 1600 pesos, para las compras mensuales. Valor que se ajusta al estudio realizado por el Cemupro, que concluyó que en junio, la canasta alimentaria alcanzó un costo de 1445 pesos.
“Enseguida nos damos cuenta cuando hay púa, porque los pedidos de fiado crecen y como generalmente son gente que conocemos no le podemos negar un fiado. Este año creció mucho la cantidad de clientes que tenemos con libreta, de 47 familias que teníamos con cuenta, este año ya tenemos 64”, relató Gerardo Díaz,  de Villa Cabello, que hace doce años atiende un mercado.    
Para financiar la compra de alimentos y productos de la canastas básicas, las familias en los barrios suelen recurrir cada vez más a los almacenes de la zona para abrir una cuenta corriente. En tanto, los comerciantes están obligados a diversificar las formas de pago para mantener la clientela y la entrada de dinero. Por el fenómeno el comerciante resigna parte de la ganancia pero mantiene el volumen de venta.
El contrato se sella cuando el comerciante acepta abrir una cuenta corriente a nombre de un cliente, ambas partes llevan un control  de cada operación, que se asienta en libreta o fichero, y las condiciones del trato suelen acordarse verbalmente y con la sola expresión de la voluntad de pago.  
Los comerciantes explican que también el Estado toma deuda con los negocios barriales, que abastecen a los titulares de planes sociales. Algunas líneas de asistencia estatal son pagaderas a 40 días y a veces se registran atrasos, reconocen en los negocios del rubro.

Lejos de la crisis
“El fiado siempre existió, en 2002 en plena crisis fue cuando más se sintió y todavía guardo libretas de esa época que nunca se cancelaron, ahora la situación no es ni parecida, pero la realidad es que la gente no llega a fin de mes”, dijo la comerciante Margarita Paul.
Mirta Báez, propietaria del Mercado Líbano del barrio Docente, también refirió al tiempo de la crisis 2001-2002, donde golpeó fuerte el desempleo y la escasez de circulante.
“Venían las mamás con los nenes en brazos a pedir fiado para comer, fue una época muy dura porque había que surtir el negocio y no había plata en efectivo, por suerte se superó ese momento, y hoy aunque el sueldo no alcanza, vivimos otra realidad con más oportunidades”.
Báez lleva más de 15 años en el rubro e indicó que la libreta tiene más beneficios para el cliente, pero a la vez asegura una entrada de dinero al comerciante.
“Tenemos clientes del barrio, que son familias con empleo en el Estado y también tenemos clientes de las villas que tienen planes sociales, por ahora todos pagan. Que alguien te deje una deuda es un riesgo que es parte del oficio, nosotros no tenemos mayores problemas”, dijo.
Explicó a la vez que “los precios de las mercaderías cambian todos los días, si vendés hoy a fin de mes ya perdés algo de la ganancia porque se encareció el producto, el fiado no tiene interés, se anota al precio del momento en que se hace la operación y no se le recarga un peso”.    

Ojo bien entrenado
Tantos años en el oficio, le entrenan el ojo al comerciante; eso aseguran los almaceneros que dicen que “ni bien le ves al cliente o analizás lo que compra y ya sabés como es”, relató Gerardo Díaz.
Reyna, una quiosquera de la chacra 181, reveló que “la gente más humilde paga sus deudas puntualmente, mientras que lo que más tienen no quieren pagar”.
En su experiencia, “los que saben que tienen un sueldo chiquito como de una pensión llevan lo necesario, y los otros arrasan porque tienen la intención de no pagar, a mí me pasó”, lamentó.
Como jefa de hogar, una preocupación de la comerciante es que “las mercaderías a nosotros nos cobran al contado, por eso si la gente no paga es muy difícil para nosotros mantener la venta por libretas. Pero yo lo tomo con un ahorro, porque tengo un grupo de buenos clientes que son muy puntuales, algunos pagan por semana o por quincena”.
Sobre el total de gastos que realizan las personas con cuenta corriente en su negocio, estimó que, “los que llevan todo el mes para comer pueden superar los 1500 pesos, hay otra gente que lleva polenta, harina y lo mínimo que pueden gastar es 500 pesos, hoy por hoy, comer es lo más caro”.
El comerciante Oscar Sánchez aprendió que no hay que fiar a los parientes y a los amigos porque “te quedás sin el pan y sin la torta, yo aprendí por mi cuero”.
El hombre analizó que el sistema de fiado “es un mal necesario”.
“Tiene pros y contras, en general es una mano que da el comerciante y que el cliente a veces no retribuye, tenemos en la zona deudores que son conocidos en varios negocios, van dejando su tendal de deuda, lo que afecta a nuestro trabajo”.
Y consideró, “yo enseguida le saco la ficha a la gente, están los que cuando es al contado compran poquito, todo chiquito y cuando es fiado compran todas primeras marcas; después están los que te dejan  por último para venir a pagar, cumplen primero con todas sus obligaciones del banco porque saben que esos cobran sí o sí y al comerciante le dejan esperando”.
Sin embargo, en su lista de malas experiencias agregó que el peor error suele ser fiar a los amigos. “Vos fías a tus parientes porque pensás que son de confianza pero te podés llevar la decepción de tu vida, te quedás con una cuenta incobrable y perdés un afecto y todo por una deuda que podría arreglarse si la gente da la cara”.
Mirta Báez además de comerciante realiza una tarea de asistencia en los barrios en riesgo social, lo que le permitió conocer algunos hábitos de consumo, según expresó.
“Mucha gente critica los planes pero la realidad es que permiten que los chicos puedan comer, a mí me consta que las madres compran comida y que la plata no alcanza, yo tengo clientes que vienen de San Isidro, de San Lorenzo, de Itaembé Miní, porque aceptamos todos los planes, en mi experiencia estas familia son muy puntuales para el pago”.

Competitividad de precios
La competencia tradicional de los negocios barriales son los supermercados, a los que los propietarios de pequeños y medianos emprendimientos les hacen frente con variedad de marcas, precios promocionales y facilidades de pago.
La instalación de mercados chinos en distintos puntos de la ciudad, suele ser un signo de alarma inicial para los negocios tradicionales, pero luego se da la convivencia de la oferta.
“Acá vino un mercado chino y primero pensamos que no íbamos a vender más, pero la verdad es que no nos afectó mucho y la gente por suerte nos sigue eligiendo. El secreto está en tener un buen surtido y a precios razonables, que la gente encuentre en la esquina de su casa lo mismo que en el super y sin pagar de más”, resumió Báez.     
Coincidió Oscar Sánchez, “mucha gente sigue eligiendo el negocio del barrio por cercanía, sabemos que no podemos competir con los grandes supermercados, pero teniendo un buen surtido, con venta de carnes, verduras, alimentos para mascotas, todo lo que se pueda incorporar hace que el vecino venga a comprar a todos los días y así se puede por un lado, mantener los fiados para los vecinos y vivir del comercio, lo que no es poca cosa”, concluyó.


No se fía en Villa Hollywood
Comerciantes de Villa Hollywood, en la zona de la chacra 96 en el oeste de la ciudad no fían más, prefieren vender poco pero que no le queden debiendo.
Según contó Roxana Villa, propietaria de un quiosco y regalería, “ya no fiamos más, nos curamos de espanto, la gente no cumple y así nosotros tampoco podemos comer”.
Explicó que “primero la gente se enoja pero después entiende y nos siguen comprando, prefiero vender a precios económicos pero al contado”.
La misma experiencia tuvo Luis, que tiene un negocio de venta al menudeo.
“No fiamos más, no se puede, me dejaron tantos clavos que decidí poner un negocio de venta al peso, así la gente viene con sus dos pesos y puede llevarse lo que necesita, pero al contado”.


“Las cuotas tampoco pueden contra la inflación”
El analista económico explicó que los pagos con crédito, también esconden más costos para el consumidor. Opinó que el modelo de consumo terminó

BUENOS AIRES (Corresponsalía). “A la inflación no hay con que darle” explicó el economista y periodista Tomas Bulat durante un diálogo con El Territorio, en el que  explicó que  la gente que elige pagar sus cuentas en cuotas, como forma de defenderse de la inflación, debe tener en cuenta que eso conviene si las cuotas son sin intereses.
Seguidamente, Bulat aclaró que “lamentablemente es casi imposible defenderse de la inflación y los consumidores que eligen pagar sus gastos en cuotas deben saber que nada es gratis en la vida y  que mientras tengan esas cuotas también tendrán que pagar  los resúmenes de las tarjetas, los seguros de vida y muchas veces renovación anual de la tarjeta.”
Consultado sobre cómo influye la pesificación de la economía en las posibilidades de ahorro de la clase media, Bulat explicó que “pesificar significa que no podés comprar dólares y que  cobrás tu sueldo en pesos. Entonces lo que podés ahorrar en nuestra moneda ya sea en la mesita de luz o en un plazo fijo con una tasa del 12% se pierde o se esfuma totalmente con una inflación del 25%”.
Bulat se destaca en los medios de comunicación por explicar con términos sencillos el impacto que tiene la macroeconomía en la vida cotidiana de la gente de a pie. En ese sentido, durante el contacto con El Territorio dio una serie de consejos prácticos para los que eligen vivir pagando en cuotas. Claro que hay otros que no eligen esta conducta sino que están  obligados a hacerlo porque de otra manera no podrían transitar el mes. Para este último caso, Bulat recordó que “lamentablemente la inflación también es una gran generadora de pobreza”.
Dijo que “conviene comprar en cuotas, pero con la tarjeta que se utiliza habitualmente. Nunca sacar una tarjeta sólo para pagar en cuotas. Porque termina siendo más caro. Tampoco es conveniente tener más de tres tarjetas y si se las tiene hay que usarlas todos los meses con las promociones que cada una ofrece o directamente no usarlas  en nada porque si no hay gastos un mes no se paga ni resumen, ni seguro.” Según Bulat en la economía como en la vida hay que saber usar el sentido común. “Antes de embarcarse en una compra en cuotas es fundamental saber que uno va a poder pagar esas cuotas sin problemas y nunca hay que pagar el mínimo en una tarjeta de crédito”.
Con respecto a los pagos en cuotas a uno o dos años, Bulat explicó que “ahora los intereses a pagar en planes de 24 cuotas son muy altos. Yo no tomaría a ese plazo con intereses, porque hay que recordar que luego se paga resumen y seguro que hacen caro este financiamiento”.
En lo relacionado al consumo, según Bulat  “lo mejor es organizarse en las compras, aprovechar los descuentos, comprar lo que no es perecedero, por ejemplo los artículos de limpieza, a principios de mes, de manera de evitar que suba de precio luego.”
Otra posibilidad interesante según el economista es “comprar hoy los pasajes o paquetes de viaje al exterior que se quieran hacer para las próximas vacaciones. Hoy es una opción muy interesante que pronto se terminará.”
En cuanto al ahorro, según el economista entrevistado “el plazo fijo o los fondos de inversión ayudan a preservar algo el ahorro, pero lamentablemente no hay mucho por hacer. Obvio que para el que ya tiene los ahorros siempre  sigue siendo buena la opción de comprar algún terreno o departamento en pesos”.
Consultado sobre la alternativa de recurrir a los planes de ahorro previo para comprar un auto, como forma de ahorro, Bulat respondió que “es una opción hoy dia, pero tampoco alcanza para defenderse eficientemente de la inflación, porque hay que acordarse que tienen un gasto administrativo del 7%.”
Bulat, quien se autodefine como economista de profesión, periodista de oficio y docente de alma, dijo que en nuestro país actualmente “hay millones de tarjetas de crédito, bancarias y no bancarias. La mayoría de sus usuarios usa las facilidades de las cuotas sin intereses y las promociones, que siguen sustentando el crecimiento en el consumo.”
Desde el punto de vista de Bulat, el consumo ya llegó a un pico extremo y la pregunta que él mismo se hace es “¿para qué seguir incentivando el consumo, para comprarse el segundo auto o el cuarto plasma? Esta sociedad no necesita seguir consumiendo, se acabó ese modelo. Entre 2007 y 2011 la economía crecía por el consumo interno pero en 2007 había superávit fiscal y energético, tipo de cambio competitivo y reservas. Cosas que hoy ya no existen. Desde 2003 a 2007 se creció por las exportaciones, entre 2005 a 2009 por inversión y después por consumo. Pero la gente ya se consumió todo y ahora hay que empezar a invertir.”


Dólar versus peso
Durante el diaáogo con este diario, Bulat explicó que el Gobierno nacional plantea que “los dólares son para el gobierno y los pesos para la gente y ellos con los pesos hacen lo que quieren. Esto hace que la economía se caiga a pedazos. El Gobierno quiere que la gente acepte a la fuerza lo que ellos no hacen por no tener conducta porque el único que emite -y de manera exagerada- es el Banco Central con una base monetaria que creció el 32%. Eso es porque no se defiende el valor de la moneda”.


Llegar hasta donde el efectivo no alcanza
Desde el Banco Nación se destacó el crecimiento de consumo visto través de su tarjeta de crédito. Y se recordó que los plásticos permiten ampliar un 30% la capacidad de compra de usuarios

Posadas. El hábito de comprar con tarjetas de crédito se observa claramente en ascenso desde el sector bancario, que registra más operaciones para financiar como solicitudes de plásticos por nuevos clientes . En el caso del Banco Nación Argentina (BNA) y a nivel local, se relató la creciente actividad con su tarjeta “Nativa”, tanto para clientes como para comercios que comienzan a recibirla entre sus opciones de cobro.
 “La evolución de las compras con nuestra tarjeta va en ascenso, porque indudablemente la gente financia lo que no puede comprar con efectivo. Está establecido que se gasta un 30% más con tarjeta de crédito, y que esto posibilita a los consumidores adquirir los productos que necesita”, comentó a El Territorio Claudia Saya del área Tarjeta Nativa en el BNA sucursal Posadas.
Apuntó que el caso de la entidad bancaria del Gobierno nacional  “Trabajamos muy bien, sobre todo con la tarjeta Nativa que es del Banco Nación donde tenemos promociones que son muy beneficiosas, y ha elevado muchísimo las ventas. Y los clientes están satisfechos al ver que a fin de mes les llega el resumen (de tarjeta) donde  le devuelven los importes que le dicen las promociones”.
Precisó que en base a las promociones que “Los descuentos van desde un 10% hasta un 25% . Por ejemplo con la  Red Márquez (electrodomésticos) actualmente  tenemos un 25% de descuento, tenemos promociones con Pomaco (materiales de construcción) con el 10% de descuento y la financiación de 12, 18 ó 24 cuotas sin interés”.

TV para todos
Saya recordó que en la actualidad la máxima financiación ofrecida desde la entidad bancaria, sin interés, llega a las 60 cuotas (cuatro años) para adquirir televisores Led, destinado principalmente a jubilados. 
“El máximo es de 60 cuotas para televisores Led. Antes el programa era “ TV para todos” que la teníamos con el Gobierno nacional y que terminó el 20 de julio pasado. Pero el Banco Nación sigue con una promoción particular. Así el usuario puede seguir comprando ese producto en 60 cuotas con la ventaja de que tarjeta Nativa otorga a los usuarios el crédito sin necesitar el límite (de ingresos) para alcanzar el monto del televisor. Los jubilados tienen igualmente un tope de 5 mil pesos para adquirir el televisor”.

Entre descuentos y costos
Desde Tarjeta Nativa se recordó además, que las promociones en comercios se hacen para alcanzar a todo lo ofrecido al consumidor. Esto en algunos casos, promueve que algunos comercios seleccionen días donde ofrecerán los descuentos promocionados por las tarjetas.
“En supermercados Libertad ofrecemos un 15% de descuento y hasta 18 cuotas sin interés los jueves y viernes. Por otra parte en California tenemos 6 cuotas sin interés, mientras otras tarjetas sólo permiten un pago”, apuntó Saya.
En tanto, otro aspecto valorado por los consumidores a la hora de tener que refinanciar sus consumos, es el costo de la financiación de saldos de las tarjetas. En este punto, Saya explicó que el interés a pagar ofrecido por Nativa es actualmente el más bajo. 
“El interés de financiación sobre los saldos a pagar, es del 25 por ciento anual, mientras que  las otras tarjetas rondan un 30% para arriba. Igualmente si el usuario no financia nada, no se le cobra nada. Pero si el cliente hace el pago mínimo, sobre el resto se le va a cobrar una financiación que en nuestro caso es del 25% anual”.


Los posadeños no pueden vivir sin la tarjeta, hasta para comer
El Territorio consultó a los posadeños. Frente a los elevados precios de los productos, la mayoría admitió comprar comida diariamente en cuotas. Trata de no endeudarse pero aseguran que “no les queda otra”

POSADAS. ¿Cómo hace una familia para llegar a fin de mes? “Con tarjeta”, responde la madre. “Hacemos magia”, agrega el padre. El Territorio recorrió las calles del centro posadeño para consultar con la gente sobre su economía diaria. Por los elevados precios de los productos y la inestabilidad laboral, la mayoría admite que no podría sobrevivir sin la tarjeta de crédito que le permite consumir y adquirir los productos a través de cómodas cuotas. Le temen a las deudas, pero a la hora de hacer las compras para comer durante la semana, no queda otra alternativa que hacerlo con la tarjeta.
“El sueldo no alcanza para todo lo necesario para la casa, más teniendo hijos, peor todavía. Mayormente utilizamos la tarjeta para la comida, que es lo más caro. Pagamos todo los servicios y las cuentas que tenemos en efectivo y la tarjeta usamos para la comida”, comentaron Gisel y Sebastian Romero, padres de dos hijos.
Para la compra de electrodomésticos o productos más costosos, la familia comentó: “aprovechamos las 24 cuotas sin interés y el resto uno o dos cuotas para no embagayarnos tanto. Siempre controlamos el monto mensualmente para gastar”.
La tarjeta se volvió un elemento esencial para vivir: “No te alcanza el efectivo, es imposible. No hay empleado público que no tenga préstamo ni tarjeta. Trabajamos los dos y no nos alcanza”.

Evitan endeudarse
Fernando O. trabaja en la construcción, es de Buenos Aires, pero hace cinco años vive en Posadas. “Gano mil pesos por quincena, todo en negro y hago como puedo para llegar, porque de comida en la semana tenés más de 500 mangos y llegás muy sobre el mes”.
Igualmente, el hombre aclaró: “Trato de pagar en efectivo, sino en cuotas. A veces le pido a mi cuñado que me tire una moneda y después le devuelvo. Cuando te endeudás tenés que hacer malabares para llegar a fin de mes, dejar de comer un par de día algo lindo y después guardás la moneda para pagar la deuda”.
Claudia Flores también decide pagar en efectivo. No utiliza tarjeta de crédito porque según contó no tiene recibo de sueldo y es empleada independiente. “Vivo el día a día y con lo recaudado voy comprando. Tampoco invierto porque no se sabe lo que va pasar con el país”.
Sin embargo admitió que para grandes compras pide prestado la tarjeta de algún ser cercano y también saca créditos: “Tuve malas experiencia en mi familia con las deudas. Hay que vivir el día a día, en Argentina no queda otra”.
Yamila A., es madre soltera de una niña. “La mercadería compramos en efectivo y al por mayor con mi papá y nos dividimos las cosas. Electrodomésticos sí compro en cuota, en seis cuotas, para que no te consuma mucho el interés... No queda otra, todo sale muy caro, el sueldo no aumenta”. 

También las estudiantes
 Nadia Arrúa e Isabel Acosta  son estudiantes y utilizan la tarjeta para comprar ropas, calzados, carteras y en casos de emergencia para la comida. “Hacemos largas cuotas. Las cosas están muy caras y no tenemos el efectivo”.
Eliana Crespín también es estudiante, actualmente desocupada. “Ahora me mantiene mi papa y me da 400 pesos de tarjeta y me van ayudando.  Vivo ajustadísima con la plata”.
 Contó que “siempre que se pueda hago compras en tres cuotas. no tengo mucho margen y no puedo hacer algo muy elevado”.


“El crédito usado para comer es un problema”
 

POSADAS.  Desde una mirada social, Juan Agüero, docente e investigador de la Universidad Nacional de Misiones (Unam), doctor en ciencias económicas y magíster en trabajo social, analiza el consumo de la sociedad misionera a partir del uso o abuso de las tarjetas.
En principio, explica: “El crédito en general, cualquier crédito es una posibilidad de aumento del consumo, que es independiente de los ingresos que uno tiene... El crédito en sí mismo suele ser beneficioso cuando es limitado, cuanto tiene un límite en el consumo, no así cuando excede ampliamente las posibilidades de ingreso y de consumo, que es lo que suele causar en la sociedad”. 
“Lo que se genera en la gente es como una adicción al consumo, porque no todo consumo es necesario. Pero hay consumos que son sumamente necesarios y que uno al no tener todo el dinero junto obviamente apela al crédito, si tenés que refaccionar una casa, o hacer un viaje largo o una compra de una computadora”.
“Ahora el crédito usado para comer se transforma en un problema... Cuando uno se extralimita o se descontrola con el crédito finalmente, como ya viene sucediendo en Posadas y en Misiones, estamos muy endeudados todos en el sentido de que se llega al diez o doce o quince del mes y ya no se tiene más dinero para comer entonces se apela a la tarjeta. Ahora la tarjeta usada para comer, para alimentación es una muy mala planificación. Porque la alimentación debería estar dentro del ingreso normal. Uno debería comer en la misma medida que le permite los ingresos”.
En este sentido, Agüero sostiene: “la tarjeta te da una ilusión de que vos tenés más ingresos de lo que en realidad tenés. Entonces se vive para pagar deudas”.
Para el investigador, debería existir una política que oriente el uso de la tarjeta de crédito. “La tarjeta de crédito tiene que estar en directa relación con el nivel de ingreso de una familia. Cuando no hay ese límite como en el caso de muchas tarjetas, esto se vuelve muy difícil porque al no haber un autocontrol o una practica de planificar tus gastos, entonces se cae en un trampa mortal que es consumir con deudas, incluso alimentarse con deudas, y es un vivir prácticamente aprisionados a la tarjeta”.

Diario Digital Algo en Común. El diario de Rosario

Algo en Común surgió a través de un programa comunitario de radio, puesta en marcha el 4 de agosto de 1996 y durante 23 años perduró en el aire de Rosario, Argentina.

El 1º de febrero de 2012 fue la aparición del Diario Digital Algo en Común desde el blog https://radioalgoencomun.blogspot.com/ que aún sigue vigente.

Hoy gracias a la herramienta de internet se ha constituido el diario digital como uno de los medios alternativos con mayor alcance en América y Europa. El país con mayor presencia es Estados Unidos que supera el 60% de la cantidad de lectores que acompaña las ediciones del Diario Algo en Común. En el 2018 superó los 90 millones de visitas y al 1º de Febrero 2021 alcanzó los 137 millones desde su creación, llegando a cada lector y traducida en todos los idiomas a cualquier punto del mundo, posicionando a este medio entre uno de los destacados de latinoamérica.

La web de nuestro portal Digital Algo en Común

http://www.algoencomun.com.ar