La Cámara aceptó el reclamo realizado por la viuda y los hijos de la víctima, cuyos datos las fuentes mantuvieron en reserva.
En 1997 el trabajador se presentó en el hospital de la localidad bonaerense de Vicente López por “un cuadro febril” y “anemia” que, según constancias médicas, se debía a una “leucemia mieloide aguda”, por lo cual fue derivado a la clínica.
Luego, durante el tratamiento con quimioterapia, se pudo comprobar que era portador de HIV, lo que le fue confirmado el 4 de agosto de 1998, cinco días antes de su fallecimiento por esta enfermedad.
La Sala M de la Cámara concluyó que “la sangre infectada con el virus de SIDA fue suministrada en alguna de las transfusiones recibidas en la Clínica La Esperanza”.
El tribunal recordó que, entre los elementos de prueba reunidos figura una lista de 186 dadores de sangre, alguno de ellos sin identificar y sin que constara que el donante se haya efectuado análisis de Chagas, HIV o antígeno P 24 o Hbcore.