La conectividad del Aeropuerto
Internacional de Fisherton “Islas Malvinas”, es uno de los desafíos más importantes
en toda la región sur de la provincia de Santa Fe. Sabemos que hablamos sobre
varios perfiles: el de servicios, el productivo, el cultural y el de la
estrategia de integración comercial y territorial.
Después de una serie de acciones
marcadas por el anacronismo, la falta de diálogo en las gestiones municipal y
provincial, el descrédito al gobierno nacional para evitar todo tipo de
responsabilidades, asistimos a una convocatoria de la Intendenta para
analizar la problemática del aeropuerto rosarino junto a una vasta, calificada
y representativa cantidad de sectores políticos y empresariales.
En esa ocasión, se
planteó que el cese de los vuelos de LAN significaría un golpe importante a la economía de la región, afectando a
toda la cadena de la industria del turismo y al comercio exterior,
desatendiendo cualquier otra alternativa de políticas públicas necesarias para
la agilización y mejoramiento del traslado de pasajeros o de cargas.
Pero nos encontramos
ante una sumatoria de voluntades gubernamentales que privilegió el
sostenimiento de la ruta establecida por la empresa LAN antes que la defensa de
la operatoria de viajes de cargas y cabotaje que garantizarán la conectividad
de Rosario y región.
Hablar de
conectividad requiere atender las inversiones operativas necesarias en obras de
infraestructura para vuelos internacionales. Pregonar que más pasajeros puedan
salir por vía aérea desde nuestra ciudad hacia
destinos internacionales, significa fomentar mecanismos para lograr que el
aeropuerto sea una vía de salida real al exterior.
Esa conectividad –la real, no la otorgada por una sola empresa
comercial-, deberá ser la que genere un centro de distribución de cargas hacia
todo el país y principalmente, relacionando Rosario y región con el NE
argentino.
Pero cada una de esas alternativas será de dudosa realización si no se
piensa en la integración de recursos, esfuerzos y decisiones políticas y
productivas conjuntas.
Necesitamos de un diálogo inclusivo y maduro, entre todos los actores
afectados por la problemática y sobre todo, diálogo superador de instancias
lobbystas para un sector privado extranjero y del apoyo tibio y casi falaz, a nuestra línea de bandera.
Reivindicamos el esfuerzo y las decisiones que se tomaron para el
sostenimiento del aeropuerto y de la conectividad dentro de la órbita del
estado provincial.
Reivindicamos que el estado nacional haya recuperado una línea de
bandera a la que obviamente, habrá que fortalecer más para acceder a mejores servicios.
Pero ninguna acción podrá tener buenos resultados si no pensamos al
Estado Nacional dentro de este ámbito de discusión junto los gobiernos de la
provincia y del municipio y de la sociedad civil.
No creemos que la mejor forma de construir
diálogo, coincidencias y consenso sea la cita a una reunión previa a la
judicialización de políticas de estado.
Creemos que todas las acciones orientadas al sostenimiento económico
del aeropuerto, a la recuperación de tributos específicos, al fortalecimiento
de nuestra línea de bandera, al ingreso de nueva empresas y destinos, harán de
la conectividad rosarina, la estrategia para el desarrollo de la región a
través de nuestro Aeropuerto.
Esta
instancia, la del trabajo conjunto y el diálogo permanente para la construcción
del perfil del Aeropuerto “Islas Malvinas”, nos tendrá trabajando con todas y
cada una de las instituciones pero jamás, para sectores que vayan contra los
intereses de los ciudadanos rosarinos y santafesinos.
Además,
hemos presentado un proyecto de declaración en el mismo sentido.