Concentración en Fiscalía de Homicidios: Nuevamente en
la mira de las víctimas de violencia estatal.
Este lunes 26 de febrero a
las 10hs familiares de Maximiliano Zamudio, Alejandro Ponce y Jonatán Ojeda,
junto a organizaciones sociales, políticas y de derechos humanos se
concentrarán en la puerta de la Unidad Fiscal de Homicidios para reclamar por el
apartamiento de esta fiscalía en la investigación de estas tres causas, en
virtud de la manifiesta parcialidad de los fiscales intervinientes en favor de
los miembros de las fuerzas de seguridad implicados en los hechos.
Si bien en el mes de mayo
del 2017, luego de una intensa lucha, logramos el desarchivo de las causas en
las que se investigan las ejecuciones de Maxi y Alejandro, durante todo el año
nos hemos encontrado con una actitud corporativa de los fiscales designados
tras el apartamiento de Miguel Moreno (Rafael Coria y Pablo Pinto,
respectivamente), quienes lejos de impulsar las medidas de prueba ordenadas por
el fiscal regional Patricio Serjal, se aferraron a la teoría planteada por su
antecesor colega, que criminaliza a los jóvenes y garantiza impunidad a los
homicidas.
Por parte del fiscal
Malaponte, hemos detectado similar actitud en cuanto a la negativa para
impulsar la investigación sobre la muerte de Jonatán Ojeda, así como muy serias
irregularidades que comprometen su actuación.
A esta situación, se suma
un hecho de extrema gravedad, cual es la notificación de un nuevo archivo de la
causa Zamudio, sin haberse cumplimentado la totalidad de medidas de prueba
ordenadas por el fiscal regional, e incluso haberse incorporado testimonios que
avalan la hipótesis de la familia.
El accionar de los tres
fiscales es la expresión de un patrón de intervención generalizado y
sistemático de la Unidad de Homicidios frente a las causas de Violencia
Institucional. Las investigaciones no se adecúan a los estándares
internacionales en la materia conforme lo establecen las obligaciones
convencionales asumidas por nuestro país, como el Protocolo de Minnesota y el
Protocolo de Estambul. Es decir, no se impulsan investigaciones imparciales,
prontas y efectivas.
El abordaje de estos casos
es inadecuado desde el comienzo, ya que no se impulsan desde la Oficina de
Corrupción y Violencia Institucional sino desde la Unidad Fiscal de Homicidios.
Ello implica que sean investigados del mismo modo que los homicidios entre
particulares, siendo que en estos casos los/as presuntos/as responsables son
agentes de la policía provincial y/o de las fuerzas de seguridad federales, lo
cual de ninguna manera puede soslayarse.
Por todas estas circunstancias,
volveremos a solicitar el desarchivo de la causa Zamudio y en los tres casos no
ya el apartamiento de los fiscales, sino la asignación a la Unidad de Violencia
Institucional, acogiéndonos a la recomendación efectuada por la Auditoría
General de Gestión del Ministerio Público Fiscal que, a través de la Dra. María
Cecilia Vranicich, resolvió que “respecto a hechos de homicidio y sus
tentativas en los que de cualquier manera hayan intervenido fuerzas de
seguridad policiales y/o del servicio penitenciario en ejercicio de sus
funciones o deberes, que su investigación sea asumida desde un principio por la
unidad de violencia institucional como respuesta contundente de política
persecutoria, debiendo profundizarse la correspondiente capacitación para la investigación
de estos delitos con una visión estratégica con concepción de derechos
humanos”.